En una noche turbulenta, la paz fue interrumpida en el corazón del barrio porteño de Parque Chacabuco. Mientras la fiesta iba en ascenso en "El Nuevo Miguelito", una parrilla tradicional entre los hinchas de San Lorenzo, ocho intrusos armados irrumpieron en el local, envolviendo a 60 personas en un momento de terror. En apenas 10 minutos, desvalijaron a los presentes, llevándose alhajas de oro, billeteras y celulares. El asalto sucedió el viernes pasado, en la previa del Día del Amigo y horas antes del clásico entre San Lorenzo y Huracán. Sin embargo, la justicia tardó poco en intervenir, ya que las cámaras de seguridad capturaron parte del crimen. Ahora, la policía investiga y busca dar con los culpables.
En un intento desesperado por escapar, los ladrones que asaltaron el restaurante se refugiaron en la zona de delivery, donde se habían escondido varios de sus cómplices. Pero no lograron evitar la captura de las imágenes que registraron la huida brutal, que incluyó el robo de objetos personales y hasta ropa, como camperas.
Los delincuentes, que están siendo perseguidos por la Policía tras cometer “robo a mano armada”, no dudaron en usar la fuerza para robar a mano armada en un restaurante de la ciudad, a una de las victimas, aún sin haberse resistido, le pegaron un culatazo en la nuca para apurarlo y que le diera sus pertenencias.
A las 23:05, irrumpió una Ford EcoSport afuera del restaurante. Los ladrones armados se lanzaron contra los clientes y empleados que se encontraban en las mesas de la vereda, sometiéndolos sin piedad. Sin embargo, algunos de ellos lograron escapar y buscar refugio en la calle, desde donde llamaron al 911 para alertar a la Policía de la Ciudad sobre el crimen en curso.
La violencia y el caos desbordaron el local cuando los gritos de terror resonaron fuera del restaurante. Uno de los clientes, corrió hacia dentro, alertando a los empleados y clientes sobre el robo. "Los empleados pasaron corriendo, diciendo: ‘Corramos para el fondo’. Y la gente les preguntaba si tenían algún lugar donde esconderse. Algunos llegaron a hacerlo. La gran mayoría no", relató una víctima.
Los asaltantes comenzaron a registrar a los clientes, uno por uno. Los delincuentes se aseguraron de dejar sin nada a sus víctimas, antes de huir del lugar. Aunque algunos clientes lograron escapar y llamar a la Policía, los asaltantes ya habían desaparecido cuando estos llegaron al lugar, cinco minutos después del crimen.
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La llegada de la autoridad fue lenta y laboriosa. Un patrullero primero, seguido de otros dos, hasta que finalmente, pasadas las 23:30, una ambulancia arribó al lugar. "Si uno solo empezaba a disparar ahí adentro, era una masacre. Había ocho tipos con armas. Fueron violentos sin darle duro a nadie", recordó el cliente asaltado, que perdió su celular en el robo.
Muchos clientes que sufrieron el robo expresaron extrañeza ante la metodología utilizada por los delincuentes. "No es ilógico pensar que el Día del Amigo podía estar lleno el lugar, pero es raro que se la jueguen así, siendo tantos. Incluso, había quienes sospechaban de barrabravas, porque al día siguiente jugaban el clásico San Lorenzo-Huracán".
El local, ubicado a una cuadra de la sede de Avenida La Plata del club Boedo, parece haber sido elegido intencionadamente por los ladrones. Muchos simpatizantes de San Lorenzo hicieron alusión a la teoría de la barrabrava.