Una casualidad lo hizo toparse con República Ganadera. Manuel Pérez Bravo fue a una agencia de viajes a comprar los pasajes para un viaje que haría con sus hijos y quien lo atendió era un exalumno de la UDE, donde había dado clases de Psicología Social y Sociología por más de 20 años.
Este exalumno le habló de Nicolás Jasidakis, otro compañero de curso, que había sido tapa de la revista Galería por su proyecto de inversiones ganaderas que captaba pequeñas ahorristas. A Pérez Bravo el proyecto le generó curiosidad y quiso averiguar más.
Como conocía a un medio hermano de Jasidakis de la UDE, decidió abordarlo y preguntarle directamente si él había invertido en República Ganadera. Le dijo que sí. "Mi pensamiento fue: si vos invertiste, al otro le está yendo bien (es tapa de una revista), puedo confiar tranquilo".
Lo siguió pensando durante seis meses hasta que finalmente, luego de tener una entrevista personal con Jasidakis, se lanzó a invertir.
Sobre todo le generó confianza el hecho de tener los animales a su nombre si invertía más de US$ 25.000, por lo que optó por ese tipo de contrato, que firmó en por primera vez en 2022. Al año cobró la rentabilidad del 10% que le habían prometido y volvió a invertir otros US$ 25.000.
En 2024, luego de vender una propiedad, decidió comprar más vacas para cumplir con la meta que se había propuesto de tener 200 a su nombre (equivalentes a una inversión total de US$ 200.000).
De todos modos, antes de concretar la última inversión, en mayo de 2024, quiso sacarse varias dudas. "Fui a hablar como amigo porque no quería arriesgarme. Pregunté si las vacas tenían garantía, por ejemplo si se moría una vaca qué pasaba. Me dijeron que si se moría una vaca, nacía un ternero y al final se compensaba una cosa con la otra".
También salió el tema de la crisis por la sequía que había azotado en 2022 y 2023. Jasidakis le dijo: "Nosotros lo manejamos muy bien porque movimos los animales de un campo al otro. Ya lo vimos venir dos años antes, entonces lo monitoreamos bien y los animales fueron bien atendidos".
Nicolás Jasidakis y Mauro Mussio
Cuando se hizo pública la caída del Grupo Larrarte, Pérez Bravo volvió a preocuparse y decidió nuevamente hablar con el empresario. "Pensé si todos salimos corriendo es peor, porque contribuís con la corrida. Entonces traté de tomarlo con calma, si estos tipos están haciendo las cosas bien no tenemos porque salir corriendo. Si yo pensaba dejar el dinero tres años ¿por qué lo voy a sacar, porque al otro le haya salido mal la jugada?".
Era octubre de 2024. Jasidakis lo recibió –y con un café de por medio– le devolvió la tranquilidad. Le mostraron las guías del ganado, todos los animales estaban a su nombre y surgía en qué campo estaban. "Amablemente me dijeron quedate tranquilo, las guías están a tu nombre, como diciendo la casa es seria y hacemos las cosas bien, administramos bien en la sequía y no pasó nada".
Además se acababan de mudar de las oficinas en el World Trade Center a una casa en Carrasco, señal de que la empresa estaba en crecimiento. No había motivos aparentes para desconfiar.
Hasta que un sábado mientras hacía deporte en el club un conocido se acercó y le tiró la bomba: ¿Te enteraste de lo que pasó con República?
Ahora recuerda como lo vivió: "Fue un cimbronazo. El golpe fue duro porque no lo esperaba y justo fue un sábado. No podés hacer mucho. Si querés consultar a un abogado, tenés que esperar al lunes. Pero pensé, lo mejor es mantener la calma. Si me veo afectado en mis ahorros que no me afecte mi tranquilidad, mi equilibrio emocional ni me quiten la alegría".
El lunes siguiente se puso en contacto con una abogada y se encaminó a buscar desde el punto de vista legal cómo hacer para recuperar lo invertido. Averiguó sobre el proceso concursal, pidió información al SNIG sobre sus guías. "En mi caso 90% coincidía con lo que tenía en los papeles". Su abogada presentó un escrito pidiendo que se inmovilizara el ganado.
Cuando fue al Ministerio de Ganadería a plantear el tema le respondieron que era un asunto entre particulares. Al respecto, Pérez dice que se sintió defraudado y reflexiona: "¿Qué hay más íntimo que un viaje sea por trabajo o sea por placer...? Sin embargo, el Estado está presente porque todas las agencias de viajes están reguladas por el Ministerio de Turismo. Yo no puedo poner una agencia y hacer lo que se me antoje", sostiene.
Lo mismo dijo el Banco Central al plantear que las empresas de inversiones ganaderas no eran una actividad regulada. "Eso deja desamparada a la gente que confía en otros, que no sabe de finanzas, que no tiene asesores financieros porque juntó toda la vida pesito sobre pesito como en su alcancía fue lo deposito ahí y queda regalada".
La idea de escribir un libro y las expectativas sobre el futuro
Enseguida que se enteró de la caída de República Ganadera y que había sigo engañado en su buena fe por confiar en aquel exalumno que se había quedado con sus ahorros de toda la vida, Pérez Bravo pensó en escribir un relato sobre lo sucedido, "con la esperanza que el mismo también sirviera de ayuda para otras personas", cuenta él mismo en el libro que presentará este miércoles a las 20 horas en el Bar La Hacienda.
¿Quién se llevó mis vacas? se titula el ensayo en el que deja plasmada su historia y la de otros damnificados y con la que intentó recuperarse anímicamente de lo que consideró un golpe bajo.
"Ellos tuvieron la oportunidad de decirme en confianza que esperara, sabiendo que los ahorros que tenía eran para mi retiro. Me podían haber dicho que había un ambiente complicado con lo de Larrarte, no era necesario que me dijeran que estaban haciendo un esquema Ponzi. No es ingenuo pensar en que era un conocido y me podían haber dicho que esperara un poco. Pero no, hasta el último día estaban persiguiendo a cualquiera que quisiera invertir aunque fuera con US$ 10 mil".
Ante la pregunta de si tiene expectativas de recuperar algo, Pérez Bravo responde que los damnificados se dividen en dos grandes grupos y un tercero, más pequeño, en el que se ubica él.
Entre los dos grandes grupos, dice, están los que confían en que salga el acuerdo con la empresa para recuperar el 80%, 90% de lo invertido en 10 años, luego están los que no quieren saber nada, quieren ir a la liquidación y rescatar lo que se pueda, un 10%, 20%, 30%.
En el tercer grupo están los que esperan tener más elementos para decidir. De todos modos, asegura que si tuviera que darle una nota al proyecto que han presentado los directores de República Ganadera como profesor, les diría que no es aceptable. "Andá y volvé en diciembre. No me convence", concluye.