La normativa también afectará a los vapeadores y cigarrillos electrónicos cuando culmine el proceso legal que busca equiparar su uso al del tabaco convencional.
Buscan prohibir fumar en terrazas de bares entre otros espacios públicos.
La nueva ley antitabaco ampliará los espacios sin humo en España.
Se prohibirá fumar en terrazas de bares, vehículos laborales, campus universitarios y marquesinas.
También quedará vetado en piscinas públicas, patios escolares y salas de fiesta al aire libre.
El texto legal aún debe pasar por el Consejo de Ministros y el Congreso.
La norma incluirá la equiparación de vapeadores y cigarrillos electrónicos con el tabaco convencional.
¿Qué busca la nueva reforma de la ley antitabaco?
El objetivo declarado por la ministra de Sanidad, Mónica García, es “marcar un antes y un después” en la lucha contra el tabaquismo y situar a España “en la vanguardia” de las políticas públicas antitabaco. La normativa pretende proteger la salud pública ampliando los espacios donde está prohibido fumar, en consonancia con las recomendaciones del Consejo de Europa y la evidencia científica que respalda estas medidas.
¿Cuáles son los nuevos espacios sin humo?
La reforma contempla la prohibición de fumar en una amplia gama de espacios públicos y colectivos, incluso si están al aire libre. Entre ellos se encuentran:
Las terrazas de bares y restaurantes.
Los vehículos de uso laboral, como furgonetas de reparto.
Los campus universitarios y patios de centros educativos.
Las marquesinas de autobuses.
Instalaciones deportivas y piscinas de uso colectivo.
Salas de fiesta o discotecas al aire libre.
¿Qué fase del proceso legislativo atraviesa la reforma?
El texto de la reforma, que se deriva del Plan Antitabaco aprobado hace un año, aún debe pasar por una segunda revisión en el Consejo de Ministros. Tras eso, se iniciará su tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Aunque la ministra expresó que espera que el proceso sea rápido, no ofreció fechas concretas para su entrada en vigor.
¿Qué papel juegan los vapeadores en esta normativa?
La normativa también afectará a los cigarrillos electrónicos y dispositivos de tabaco calentado. Un nuevo Real Decreto —actualmente en periodo de alegaciones ante la Unión Europea— equiparará su uso al del tabaco convencional. Esto implica que estarán sujetos a las mismas restricciones en cuanto a los espacios públicos donde su consumo esté prohibido.
¿Qué dice la ciudadanía sobre estas medidas?
Según Mónica García, las restricciones previstas cuentan con un amplio respaldo social, “incluso entre los fumadores”. La ministra sostiene que existe un consenso creciente en torno a la necesidad de limitar el tabaquismo en espacios compartidos, especialmente aquellos donde hay presencia de menores o de personas vulnerables.
¿Habrá cambios en el precio del tabaco?
Aunque no forma parte directa de esta reforma legislativa, el Ministerio de Sanidad respalda un aumento en el precio del tabaco como medida disuasoria. García afirmó que esta medida es una de las más eficaces para reducir el consumo. Sin embargo, su aplicación depende del Ministerio de Hacienda. En diciembre de 2024 ya se implementó una subida de precios y una reforma tributaria en este sentido.
La ministra subrayó que la normativa española sigue las recomendaciones sanitarias del Consejo de Europa. Además, el Real Decreto sobre los vapeadores requiere la validación de la Unión Europea antes de su aprobación definitiva, lo que añade una dimensión comunitaria al proceso legislativo.
La nueva ley antitabaco se encuentra aún en una etapa intermedia del proceso legislativo. Aunque el Ministerio de Sanidad ya dispone de un borrador detallado, este debe ser aprobado nuevamente en Consejo de Ministros antes de ser remitido al Congreso de los Diputados. No hay una fecha precisa para su entrada en vigor, pero la intención del Ejecutivo es avanzar lo antes posible. Una vez superadas las etapas formales, se espera que la reforma transforme el mapa de los espacios sin humo en España y refuerce el marco regulatorio para productos como los vapeadores, siguiendo los criterios marcados por la Unión Europea. La ley apunta a un cambio estructural en la relación entre ciudadanía y tabaco, con efectos visibles en la vida cotidiana de bares, universidades, centros laborales y espacios recreativos.