Contexto
¿Qué sucedió exactamente durante el incidente?
Los hechos ocurrieron sobre las 14:30 del 24 de julio, cuando el vuelo VY8166 de Vueling, con destino a París, estaba por despegar. Un grupo de 44 menores franceses y tres monitores a bordo generaron lo que la Guardia Civil describió como un "alboroto". Según la versión de la aerolínea, los niños manipularon equipos de seguridad como chalecos y máscaras de oxígeno, lo que, a juicio de la tripulación, comprometió la seguridad del vuelo. Esto llevó a la intervención de la Guardia Civil para desalojar al grupo, incluso después de advertencias repetidas.
¿Qué argumenta la aerolínea Vueling sobre el suceso?
Vueling sostuvo que la evacuación se realizó por razones de seguridad. La compañía afirmó que los menores ignoraron las advertencias de la tripulación, manipularon equipos de seguridad y alteraron la demostración de seguridad antes del vuelo. Según su versión, la situación representó un riesgo y se activaron los protocolos de seguridad, incluyendo la intervención de la Guardia Civil, que desembarcó a los pasajeros para proteger a la tripulación y al resto de los pasajeros.
¿Cuál es la versión de los organizadores del viaje?
El Club Kineret, la asociación que organizaba el viaje, desmintió la versión de Vueling y calificó el desalojo de "brutal" e "injustificado". Afirmaron que los menores estaban comportándose adecuadamente, respetando las normas y sin generar ningún tipo de amenaza. Además, sugirieron que el trato recibido por los niños y los monitores fue discriminatorio, apuntando que la visibilidad religiosa del grupo (con kipás y símbolos judíos) pudo haber influido en la decisión de la tripulación. La asociación denunció un trato humillante y discriminatorio, exigiendo una disculpa pública y una investigación independiente.
¿Qué opinan otras figuras sobre el suceso?
El incidente en el aeropuerto de Manises ha provocado una serie de reacciones en figuras públicas y autoridades, cada una con una visión distinta sobre los hechos.
El Gobierno de Israel condenó lo sucedido, calificándolo de antisemitismo. El ministro israelí para la Diáspora, Amichi Chikli, consideró que el trato recibido por los menores, incluida la detención de una monitora, fue una manifestación de discriminación contra un grupo judío.
Además, destacó que algunos de los jóvenes estaban cantando en hebreo, lo que podría haber influido en la actitud negativa de la tripulación.
Por otro lado, la polémica se intensificó con los comentarios del ministro español de Transporte, Óscar Puente. El político, conocido por sus opiniones controversiales, utilizó su cuenta en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) para referirse a los jóvenes como "niñatos Israelis", usando un término despectivo y escribiendo incorrectamente "Israelis".
Puente intentó ser irónico, cuestionando si los simpatizantes de la derecha política se pondrían del lado de Vueling y la Guardia Civil en este asunto, sugiriendo que defenderían las acciones de la compañía aérea y de los agentes de seguridad que desalojaron al grupo de menores.
Sus palabras, sin embargo, fueron percibidas como una descalificación hacia los chicos franceses, generando aún más indignación.
Puente se refirió a los escolares en términos despectivos, lo que sumó a la controversia sobre el tratamiento dado a los menores en el vuelo VY8166.
Estas reacciones contrastan con las versiones de la aerolínea Vueling y los organizadores del viaje, y alimentan un debate sobre la discriminación religiosa y étnica, así como sobre la responsabilidad de las autoridades y las aerolíneas en situaciones de este tipo.
¿Qué implicaciones legales tiene este incidente?
Vueling defiende su actuación, apoyándose en la Ley 21/2003 de Seguridad Aérea, que exige el cumplimiento de las normas de seguridad a bordo.
Por otro lado, el Club Kineret ha presentado una denuncia contra la aerolínea, exigiendo una investigación sobre lo que consideran un acto de discriminación.
Este incidente pone sobre la mesa una posible violación de derechos fundamentales y la necesidad de una revisión de las políticas de seguridad en vuelos internacionales, especialmente cuando se involucran factores como la identidad religiosa de los pasajeros.
La increíble historia del piloto y su vínculo con los terroristas del 11S
El reciente escándalo relacionado con la expulsión de un grupo de adolescentes judíos de un vuelo de Vueling ha puesto en el centro de atención al piloto Iván Chirivella, quien estuvo involucrado en un incidente previo al ser instructor de vuelo de los terroristas del 11 de septiembre. Chirivella, piloto de Vueling desde 2006, fue instructor de Mohammed Atta y Marwan al-Shehhi, dos de los secuestradores de los aviones del atentado. Aunque siempre ha aclarado que su relación con los atacantes fue profesional, su nombre quedó vinculado a uno de los eventos más devastadores de la historia reciente, lo que provocó investigaciones del FBI.
En cuanto al incidente reciente, un grupo de 50 adolescentes judíos fue expulsado del vuelo en Valencia tras ser acusados de manipular equipos de seguridad. Vueling defendió la expulsión, afirmando que fue una medida de seguridad tras evaluar el riesgo generado por el comportamiento de los jóvenes. Tanto la aerolínea como Chirivella rechazaron las acusaciones de antisemitismo, alegando que la decisión se tomó en cumplimiento de los protocolos de seguridad. A pesar de la controversia, Chirivella continúa con su carrera en Vueling, donde ha acumulado más de 12.500 horas de vuelo.
Cómo sigue
El caso está lejos de quedar cerrado. La denuncia presentada por el Club Kineret contra Vueling por el trato recibido por los niños y monitores ya ha sido formalizada, y la asociación ha solicitado una investigación independiente sobre los hechos ocurridos.
Esto podría llevar a un análisis más profundo sobre el comportamiento de la tripulación y el uso de la fuerza por parte de la Guardia Civil.
Asimismo, la polémica sobre el posible antisemitismo involucrado en el incidente podría generar un debate público y legal más amplio sobre la discriminación en espacios públicos, como los aviones.
La situación también podría dar lugar a una revisión de las políticas de seguridad de aerolíneas y cómo se manejan los incidentes a bordo relacionados con pasajeros que pertenecen a grupos con visibilidad religiosa.
La respuesta pública de Vueling y de las autoridades implicadas será clave para determinar si este caso tiene repercusiones más amplias en el sector aéreo y en la política antidiscriminatoria en España.