El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido que Israel sea vetado de todas las competiciones deportivas internacionales "mientras dure la barbarie" en Gaza.
En su intervención durante la reunión de la comisión interparlamentaria del PSOE, Sánchez cuestionó por qué se expulsó a Rusia tras la invasión de Ucrania y no se ha hecho lo mismo con Israel tras su intervención en Gaza.
Sánchez afirmó con contundencia que su posición es clara: "Hasta que no cese la barbarie, ni Rusia ni Israel deben participar en ninguna competición internacional más"
Esta declaración se produce tras los incidentes ocurridos el pasado domingo en la última etapa de la Vuelta Ciclista a España en Madrid, que tuvieron que ser suspendidos debido a las protestas pro-palestinas y contra lo que califican como "genocidio" israelí en Gaza, las cuales desembocaron en enfrentamientos con la policía.
Admiración por las protestas propalestinas
En su discurso, el presidente del Gobierno subrayó su rechazo a cualquier tipo de violencia y expresó su "profunda admiración y respeto" por la sociedad civil española que se moviliza de manera pacífica en defensa de los derechos humanos.
Reiteró que la posición del Gobierno refleja el sentir de una amplia mayoría de ciudadanos, independientemente de su ideología política. "Está en el sentido común, en la defensa de los derechos humanos y del derecho internacional, que está siendo menoscabado tanto por Rusia como por Israel", destacó Sánchez.
Israel y Eurovisión
Este pronunciamiento se suma a la postura adoptada por Sánchez en mayo, cuando defendió la exclusión de Israel del Festival de Eurovisión, en línea con la misma argumentación utilizada para la expulsión de Rusia tras la invasión de Ucrania.
Sánchez mantiene que no debe haber excepciones en cuanto a la participación de países que violen derechos humanos o el derecho internacional, y solicita que Israel, al igual que Rusia, sea apartado de las competiciones internacionales hasta que cesen las violaciones que han desencadenado protestas a nivel mundial.
FUENTE: El Observador
