El magnate mexicano Carlos Slim cruzó la frontera y estuvo junto a un grupo de empresarios invitados al acto de asunción de Donald Trump en Washington DC la semana pasada. Slim, que tuvo un turbulento arranque con Trump en 2015, rápidamente logró forjar un sólido vínculo con el republicano y su equipo y lleva años de contacto directo con él. Ahora, al tener una relación cercana con el actual gobierno de Claudia Sheinbaum y al mismo tiempo representar los intereses del empresariado mexicano, se posiciona como un nexo fundamental en los años que siguen entre ambos países.
El ingeniero Slim, uno de los empresarios más influyentes de América Latina, nombrado el hombre más rico del mundo en 2010, consolidó una importante presencia en Estados Unidos. Con una fortuna superior a la de Trump, estimada en 80.000 millones de dólares, Slim creó su riqueza gracias principalmente a sus inversiones en medios de comunicación y telecomunicaciones, mediante su participación en Grupo Carso y América Móvil, y a su amplia y diversificada inversión en diferentes sectores industriales y la construcción.
La historia de su vínculo con Trump
“Una cena encantadora con un hombre maravilloso”, así describió Trump el encuentro que tuvo con Slim en diciembre de 2016, en vísperas de que comenzara su primer mandato al frente de la Casa Blanca. Esta descripción llamó la atención, ya que tan solo meses antes se había hecho pública cierta tensión entre ambos.
En plena crisis financiera de 2008, cuando varios medios de comunicación en Estados Unidos enfrentaban dificultades económicas, Slim vio una oportunidad en The New York Times. Con una inversión de 250 millones de dólares, incrementó su participación en el periódico, pasando de un 6,8% a convertirse en su principal accionista con un 17% de las acciones Tipo A en 2015.
Durante la primera campaña presidencial de Trump, el periódico publicó varios artículos que generaron descontento en el político republicano. En ese contexto, Trump afirmó: "El mayor accionista del Times es Carlos Slim y, como saben, Carlos Slim es de México; ha donado muchos millones de dólares a los Clinton y su fundación".
Sin embargo, poco tiempo después, Slim y Trump se reunieron y tuvieron una "encantadora" cena, según el entonces presidente electo. Aunque Slim redujo su participación en el New York Times para 2017, todavía mantenía acciones en la empresa en 2022, según el Bloomberg Billionaires Index, recogió el diario Expansión.
Un actor importante en las negociaciones bilaterales
Ahora, el empresario mexicano viajó nuevamente al país vecino para participar en los eventos en torno a la investidura del político republicano en su regreso a la Casa Blanca y su presencia parece hacer eco a múltiples intereses.
Previo al acto central del 20 de enero, el magnate estuvo el sábado anterior en el Baile Inaugural Hispano que se celebró en honor a Trump. En el hotel Omni, el empresario fue ubicado en una mesa junto a la del presidente argentino, Javier Milei, su hermana Karina Milei, secretaria general de Presidencia; el ministro de Economía, Luis Caputo, y el canciller Gerardo Werthein. Al evento también asistieron su hijo Carlos Slim Domit, la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas, Altagracia Gómez, y el empresario y político Eduardo Verástegui, entre otros.
En el último año, Slim se fue acercando al gobierno mexicano, mientras continúa teniendo un importante vínculo con la iniciativa privada nacional, como uno de los principales empresarios del país. En ese contexto, su presencia en la toma de posesión fue vista por muchos como la representación del empresariado mexicano en Estados Unidos y como una figura clave en el escenario político y económico binacional.
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Antes de asumir el cargo, Trump amenazó a México, su principal socio comercial, en repetidas ocasiones con la implementación de aranceles a las importaciones mexicanas en EEUU. Esta decisión no solo afectaría al gobierno mexicano, sino también, y puede que más, a las empresas del país. Por eso, son varios los empresarios que están buscando negociar con la administración entrante.
A fines del año pasado, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial ( CCE), dijo que se estaba trabajando en un plan para poder negociar con el gobierno estadounidense.
“Estamos trabajando juntos para un plan para el tema de aranceles con Estados Unidos, ayer instalamos en el CCE una mesa de trabajo de oportunidades para los repatriados y para los migrantes; tenemos grupos de trabajo en el Senado; nos estamos preparando para negociar”, indicó al salir de una reunión conocida como CEO Dialogue, que se dio entre empresarios canadienses y mexicanos, así como autoridades del gobierno federal y la propia presidenta Sheinbaum.
Para Slim, a México le va a ir bien con Trump
El pasado 14 de noviembre, en una reunión del sector empresarial con funcionarios públicos, Slim aseguró que con la llegada de Trump a la Casa Blanca México tendría un buen futuro, por lo que destacó que no debe haber preocupación, ya que muchas de las importaciones procedentes del país vecino seguirán llegando a México.
“Nos va ir bien, porque somos complementarios, somos muy complementarios, acuérdense que hay ahí una cuestión económica donde México sale favorecido”, dijo en diálogo con la prensa.
Las declaraciones fueron después de se conocieran las amenazas de Trump contra México, cuando señaló que no solo haría la "deportación más grande de la historia de los Estados Unidos", sino que además impondría aranceles de hasta el 25% si México no colaboraba con el freno de la migración y el tráfico de drogas al país norteamericano.
Su presencia en EEUU
La presencia de Slim en Estados Unidos va más allá de los medios de comunicación. Aunque a finales de noviembre, el Grupo Carso, su conglomerado industrial, acordó la venta de Giant Cement Holding a la empresa alemana Heidelberg Materials por 600 millones de dólares, Slim sigue siendo clave en el sector de la construcción a través de Elementia, la única empresa en América que produce tubería de aleación de cobre y níquel, siendo un proveedor importante para la industria naval estadounidense.
En el ámbito de las telecomunicaciones, América Móvil enfrentó desafíos regulatorios en EEUU. En 2022, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) resolvió investigaciones sobre el Sistema de Cable Submarino de la empresa, que conecta Estados Unidos con Colombia y Costa Rica. Las operaciones se realizaron sin la aprobación de un comité gubernamental, lo que generó preocupaciones de seguridad nacional.
