En la actualidad, se ha identificado un fenómeno geológico de magnitudes impresionantes que está partiendo en dos al continente africano. Este desgarramiento, conocido como Rift de África Oriental, fue observado por primera vez hace aproximadamente seis años y desde entonces ha sido objeto de intensas investigaciones para comprender sus causas y posibles consecuencias.
El Rift de África Oriental, con su extensión de miles de kilómetros, no solo representa un cambio físico en la geografía del continente, sino que también tiene implicancias significativas para la vida de millones de personas que habitan en las regiones afectadas.
high-angle-shot-person-standing-dried-cracked-muddy-ground.jpg
El Rift de África Oriental se extiende a lo largo de aproximadamente 3.500 kilómetros.
Freepik/Foto ilustrativa
¿Cuál es el origen del desgarre en África?
Hace aproximadamente 35 millones de años comenzó a formarse la grieta en África oriental. Según la investigadora Lucía Pérez Díaz, especialista en dinámica de fallas, este proceso es resultado de una fuerza de extensión horizontal en la litosfera. La capa más externa de la Tierra se habría estirado y adelgazado, lo que eventualmente condujo a su ruptura y formación del valle del Rift, señala un artículo del sitio web La República.
Según Pérez Díaz, las fisuras son el primer paso hacia una ruptura continental que, de tener éxito, podría eventualmente llevar a la formación de una nueva cuenca oceánica. Este proceso geológico conlleva otros efectos significativos como vulcanismo y actividad sísmica, que son características comunes en regiones donde ocurren fenómenos similares.
¿A qué países atraviesa el Rift de África Oriental?
Un fenómeno notable asociado con esta grieta es la presencia de una gran columna de manto ascendente debajo de ella, lo que contribuye a debilitar continuamente la litósfera y facilitar su ruptura. Este fenómeno, conocido como "superolaje africano", ha sido documentado en estudios geofísicos recientes.
El Rift de África Oriental se extiende a lo largo de aproximadamente 3500 kilómetros, desde el Mar Rojo hasta Mozambique, y atraviesa varios países africanos. Entre ellos se encuentran Mozambique, Malawi, Tanzania, Zambia, Burundi, Ruanda, Uganda, República Democrática del Congo (RDC), Kenia y Etiopía, todos los cuales experimentan de manera directa los efectos de este proceso geológico en curso.
