“La lucha que se está dando es que los emprendedores piensen en grande”

Cerrando un ciclo en el Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT,  que considera su casa, Fernández aceptó hace apenas unas semanas la propuesta de ser la nueva directora de la incubadora Ingenio, en lugar de Rafael García que estuvo desde el inicio, hace más de 15 años. 

En entrevista con Café & Negocios señaló que desde su nuevo rol apostará a que exista un trabajo interinstitucional con las demás incubadoras y que cada vez más los emprendedores piensen en grande. 

¿Qué la llevó a aceptar el cargo en Ingenio?

Supone un desafío profesional. Si bien hace siete años que estoy trabajando en el ecosistema, tener la posibilidad de ser parte de la incubadora del LATU –recordando que es una institución vanguardista en Uruguay, pionera fijando estándares a nivel nacional– poder ser parte de un área de este proyecto, profesionalmente es  atractivo.

¿Qué desafíos se presenta en esta nueva etapa?

Ingenio siempre ha sido la institución que ha marcado la pauta dentro del ecosistema, al ser la primera incubadora de Uruguay. Ha marcado la pauta a nivel de actividades, de propuestas y de  prácticas. Es atractivo sumarse a esto y poder, desde otro lugar del ecosistema, apostar a continuar desarrollando este ecosistema. 

¿Va a seguir vinculada al CIE?

Hay un período de traspaso que sí voy a estar trabajando en las dos instituciones, probablemente hasta diciembre, y después ya definitivamente me integro el tiempo completo a Ingenio. 

Lo que también espero es, no solamente mantener los lazos con la Universidad ORT, a la que siento como mi casa, sino también tener posibilidades de trabajar con todo el ecosistema. Creo que trabajando desde Ingenio, la posibilidad de tender relaciones con otras instituciones es también parte de las posibilidades. 

Carlos Pazos

¿Y en materia de objetivos?

Ahora mismo se están viendo. A finales de octubre se terminan de cerrar los presupuestos. Igualmente tenemos objetivos anuales que en estos días estaremos revisando. Pero la idea es que, si bien el ecosistema en Uruguay ha crecido muchísimo porque cuando yo me gradúe por el 1998 (como licenciada en Administración de Empreas) no había la alternativa de emprender, se lo pueda hacer crecer. Hay huecos, se puede expandir, se puede ampliar. Y eso es parte de lo que nosotros esperamos hacer. 

Se dice que en materia de calidad, a los emprendimientos uruguayos les falta “dar el salto”. ¿Usted nota esto?

Lo que creo es que hay posibilidades de crecer en otros nichos, en nuevos nichos que todavía están vacíos porque sigue siendo un ecosistema joven. Si nosotros nos comparamos con otros países más desarrollados, Uruguay tiene mucho por avanzar. De igual manera, ha avanzado muchísimo. 

El rubro más desarrollado es el tecnológico, ¿cree que entonces  habría que impulsar más otros sectores?

Pasa que se asocia mucho la tecnología a los sistemas de información pero la tecnología abarca más cosas. Entonces, cuando se habla de proyectos de base tecnológica podés estar hablando de temas de biotecnología o electrónica que no son sistemas de información. Hoy por hoy, la base tecnológica si no la tienen todos los proyectos, la van a tener la mayoría. 

Ahí hay un tema de inversión para cubrir esos nichos.

Sí es cierto que hay ecosistemas en donde hay mayores capitales. Eso es una realidad. Y si comparás con otros ecosistemas más maduros, en Uruguay hay menos dinero. Pero para los buenos emprendimientos, no he visto que falten fondos. 

A veces se le presta demasiada atención a la cuenta bancaria, cuando el foco debería estar el valor de ese proyecto, en entender el mercado. Entonces yo te diría que con esto el dinero no es garantía pero casi, casi, que sí. Si tenés un buen proyecto, es más fácil acceder a fondos. 

¿Faltan ideas entonces?

Creo que ideas hay, pero ahí sí influye la calidad de las ideas. A veces nos cuesta pensar en grande, nos cuesta creer que podemos incidir más allá de Montevideo y las fronteras de Uruguay. 

Esto es una lucha que se está dando. Tratar de hacer que los emprendedores piensen sus proyectos en grande. Se está mejorando, se está trabajando. Por ejemplo, aquello de llevar el desarrollo de la actitud emprendedora de la Universidad hacia abajo, a nivel de formación terciaria. Lleva tiempo pero se va hacía ahí. 

A veces se le presta demasiada atención a la cuenta bancaria, cuando el foco debería estar el valor de ese proyecto, en entender el mercado. Entonces yo te diría que con esto el dinero no es garantía pero casi, casi, que sí.

¿Desde Ingenio tienen algún plan para impulsar esto?

Hay actividades que se desarrollan pero siguen estando enfocado en estos públicos más desarrollados porque se trabaja con proyectos ya validados. Y es ahí la importancia de trabajar con otros socios que ocupan otros huecos y ayudan a desarrollar proyectos en etapas más tempranas. 

¿Cree que emprender es la actividad más ingrata? 

No, creo que es gratificante. 

¿Incluso si todo sale mal?

Sí, porque si no te va bien, probablemente te queden muchos aprendizajes. Te quedan lecciones que te deberían servir para tu próximo emprendimiento o para no hacer algo en lo que no te va bien. 

¿Deja el trabajo en la oficina?

Me lo llevo a mi casa, a la playa, a los cumpleaños. Me lo llevo a todos lados. (Risas).

¿A quién le agradecería algo?

Tengo la posibilidad de estar dando este paso por todo lo que aprendí en el CIE. Y ahí la figura es Enrique Topolansky.