“Las expectativas para la ganadería siguen intactas”

–Siempre apostamos por un mercado libre de oferta y demanda y, por ende, también lo que es la importación y exportación. La puerta de vaivén tiene que estar abierta. Hace unos años tuvimos esta iniciativa, pero tenemos que ser muy cuidadosos y revisar a fondo el aspecto sanitario. 

–¿Cómo se ha comportado el mercado ganadero durante 2020 y cuáles son las perspectivas?

–Pese a lo que fue el primer semestre, que comenzó con las renegociaciones de valor de China, que influyó directamente en el mercado, y después llegó la pandemia que trajo nuevas consecuencias desde el punto de vista de las retracciones de los mercados, entiendo que el sector ha seguido funcionando. Probablemente las consecuencias climáticas, de sequía, han pegado más. Por eso tuvimos una oferta adelantada de otoño que hizo que el mercado diera señales de la expectativa que hay en el negocio. A pesar de las incertidumbres que genera la pandemia, las expectativas a mediano y largo plazo para la ganadería siguen intactas. Soy optimista por naturaleza y creo en lo que hacemos. Mis expectativas para el segundo semestre son muy buenas.

–Este gobierno lleva algunos meses de gestión, ¿cómo ha observado su actitud frente al sector agropecuario?

–Creo que sería muy duro juzgar a un gobierno que a los 13 días que asumió enfrentó toda esta problemática. Sinceramente pienso que la ha manejado muy bien y eso se nota en resultados y cuando nos comparamos con la región. Desde el punto de vista del sector, creo que se ha tratado de llevar adelante las actividades con la salud de la gente como prioridad. Todavía no hemos podido ver a un gobierno en acción. Tengo firmes expectativas de que va a ser un buen gobierno, que va a acompañar y que se está ocupando de los temas que hoy nos preocupan. 

–Hay quienes esperan lleguen inversores argentinos a producir en Uruguay. ¿Qué se puede esperar de esto?

–Si bien es verdad que se ven más movimientos y consultas por inversiones, inmobiliarias y de ganado, pienso que la situación que vivimos hoy tiene dos costados. Por un lado, vivimos una crisis global y regionalmente somos una oportunidad por la estabilidad y la seguridad jurídica que ofrecemos. Desde ese punto de vista soy optimista. Por otro lado, no puedo dejar de ser  objetivo y pensar que estamos en un país que es caro. Tenemos un país con costos altos, que a pesar de hacer las cosas bien cuesta tener rentabilidad. Consultas y movimientos hay, más bien por la situación de los vecinos, y no porque Uruguay esté haciendo las cosas bien desde el punto de vista de un negocio rentable. Seguimos siendo un país confiable, con seguridad jurídica y normas que se cumplen, más allá de los matices políticos coyunturales, pero tenemos que trabajar en abaratar y ser más competitivos para incrementar las oportunidades del sector.