Marcel Loustau

¿Sigue siendo rocanrol?

El mítico festival Montevideo Rock tendrá su tercera edición a 31 años de la primera, en un contexto muy diferente al de 1986

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25 de noviembre de 2017 a las 05:00

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Durante la segunda parte de la década de 1980, Uruguay vivió una época de gran ebullición cultural y social. Obviamente la recuperación de la democracia luego de 12 años de dictadura tuvo mucho que ver con esa agitación. La liberación de la censura, el regreso de muchos uruguayos que, tras vivir casi una década en el exterior (o que directamente nacieron fuera del país), volvieron a conectar al país con el mundo e hicieron que los uruguayos vivieran una primavera cultural. Reaparecieron libros, discos y películas prohibidas, se conocieron con retraso obras y movidas que no habían llegado en su momento, se editaron decenas de revistas, hubo festivales culturales e importantes visitas artísticas.

Pero la ebullición cultural venía de antes. Luego del plebiscito de 1980, cuando la mayoría de los uruguayos votaron contra la continuidad de la dictadura, comenzó a vivirse cierto deshielo, que tuvo a varias movidas artísticas como protagonistas. El teatro independiente, el cine alternativo de la Cinemateca Uruguaya y el Cine Universitario y los recitales de Canto Popular fueron focos muy importantes de la resistencia a la dictadura. Más allá de esa gran tarea social, la cultura uruguaya produjo obras muy importantes y removedoras en esos años anteriores a la vuelta a la democracia.

Piénsese, por ejemplo, que algunos de los discos fundamentales de la música nacional, como Siempre son las cuatro (1982) y Mediocampo (1984) de Jaime Roos, Zurcidor (1981) de Eduardo Darnauchans, Segundos afuera (1983) de Jorge Galemire, El viento en la cara (1984) de Fernando Cabrera o Cuerpo y alma (1984) de Eduardo Mateo, pertenecen a esa primera mitad de la década.
Esa gran producción artística era muy novedosa, estaba conectada en parte con lo que pasaba a nivel global, pero tenía también claras influencias de la música uruguaya de la década de 1960 y los primeros años de la siguiente.

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Durante la segunda mitad de los 80 comenzó a emerger una música que parecía romper con el pasado. Esta música era hecha por jóvenes casi adolescentes de entre 17 y 25 años y, además de basarse en el punk y la new wave anglosajonas de los 70 y primeros 80, mostraba un estado de ánimo muy distinto al que parecía vivirse tras la recuperación de las libertades.

No future

El rock uruguayo que surgió en la posdictadura hizo visible el sentimiento de una generación que no estaba nada contenta con una restauración democrática que parecía mirar al pasado predictadura más que al futuro, que seguía sin darle oportunidad a los jóvenes y que en gran parte continuaba reprimiéndolos igual que en las épocas dictatoriales. Aunque, en principio, pareció un corte radical con el rock nacional de las décadas pasadas y con la música uruguaya de los primeros 80, luego se vería que no era tan así; rasgos de su personalidad, como la austeridad, la melancolía, la ironía y el minimalismo, eran una continuidad de la tradición musical local.

Los años 1985 y 1986 fueron tiempos del boom de ese nuevo rock uruguayo, con la edición de discos fundamentales del género, como Tango que me hiciste mal de Los Estómagos (1985), Montevideo agoniza de Los Traidores (1986) y el álbum homónimo de Los Tontos (1986). También fue la época de decenas de revistas "subterráneas", de radios dedicadas al género, como El Dorado (el antecedente de X FM), suplementos en diarios y hasta programas de televisión.

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En 1985 el sello Orfeo editó el compilado Graffiti con las bandas Los Estómagos, Los Traidores, Los Tontos, Zero, Neoh 23 y ADN. El disco se presentó en vivo el 25 de diciembre en un Teatro de Verano casi colmado (pese a lo insólito de la fecha elegida) y fue el disparador de la masividad de la movida.
Pero, sin dudas el evento más importante del rocanrol de los 80 fue el festival Montevideo Rock realizado en la Rural del Prado los días 21, 22 y 23 de noviembre de 1986.

La popularidad del rock uruguayo pudo haber sido el motor de este festival organizado por promotores privados, la Intendencia de Montevideo (en ese entonces bajo administración del Partido Colorado) y Coca Cola, pero Montevideo Rock no fue un acontecimiento solo de bandas locales.

La cancelación a último momento del grupo británico Siouxsie and The Banshees le quitó la parte anglo al festival, pero ayudó a profundizar el énfasis en lo sudamericano. Además de a los uruguayos el festival tuvo a artistas argentinos (Sumo, Fito Páez, La Torre, GIT), brasileños (Legião Urbana y Paralamas, aunque esta última tuvo que suspender su actuación por la lluvia) y chilenos (Los Prisioneros y Valija Diplomática).

Este carácter de evento sudamericano nunca fue demasiado destacado, pero los dos festivales Montevideo Rock (el otro se realizaría en febrero de 1988 en el estadio Franzini) fueron una reunión no muy habitual de parte de lo mejor del continente en materia de pop y rock. El de 1986 tuvo dos bandas –hoy míticas– que tocaron por primera y única vez fuera de sus países de origen: los argentinos Sumo y los brasileños Legião Urbana. Ambas actuaciones siguen siendo recordadas por quienes pudieron apreciarlas, especialmente la increíble performance de Sumo con un encendido Luca Prodan. También fue muy destacada la excelente actuación de Fito Páez.

De los grupos uruguayos que se presentaron en el escenario principal, Los Tontos, Los Estómagos, y Los Traidores (que cerraron el festival el domingo) lograron shows imborrables y fueron los más aplaudidos. La comparación con colegas brasileños y argentinos dejó en evidencia cuán en pañales estaban aún, en aquel entonces, las bandas locales en cuanto al sonido en vivo.

El primer Montevideo Rock tuvo también un escenario menor dedicado a grupos emergentes (por ejemplo un casi debutante Níquel actuó allí) y a la realización de un concurso de bandas que ganó el grupo Guerrilla Urbana con su tema Razzia.

El festival de 1988 es recordado por la incomprensible agresión a Los Tontos por una pequeña parte del público, pero tuvo también excelentes shows. Entre ellos una maravillosa actuación de Charly García.

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Volver

Treinta y un años después, la Intendencia de Montevideo vuelve a organizar un festival denominado Montevideo Rock en la Rural del Prado, esta vez solo con bandas locales. En ese sentido esta edición parece ser más una continuación de los Pilsen Rock (los festivales realizados en la ciudad de Durazno entre 2003 y 2007) que de los dos Montevideo Rock de los 80. Pero –aunque se extrañe lo regional– la programación es bastante impresionante; reúne a las bandas más populares de Uruguay, surgidas en los 90 e inicios de los 2000, con una saludable presencia de artistas más nuevos y emergentes. Faltan nombres, por supuesto, lo que es inevitable. Igual de inevitables, las polémicas por esas ausencias. Bastante más insólita es la controversia por la presencia, en esta edición, de artistas que algunos no ven cercanos al rock, olvidando que el Montevideo Rock de 1986 tuvo a Fernando Cabrera, Fito Páez y hasta al hard rock "melódico" de La Torre entre sus participantes.

También es interesante ver cómo, aunque no parece existir la efervescencia roquera que se vivía en los 80, lo que llamamos rock convoca hoy mucha más gente que en aquellos años. El Montevideo Rock de 1986 fue un evento multitudinario pero nunca llegó a agotar localidades. Esta vez las entradas se agotaron a las pocas semanas.

Hoy hay grupos uruguayos como No te Va Gustar, el Cuarteto de Nos o La Vela Puerca que tienen una proyección continental y casi una decena de bandas que pueden llenar por sí solas escenarios para miles de personas, como el Teatro de Verano, algo que ningún grupo de la década de 1980 hubiera soñado hacer en soledad.

Puede ser que el rock no exprese lo mismo que antes. Pero, tal vez, no todo tiempo pasado haya sido necesariamente mejor.

Juan Casanova, siempre presente en Montevideo Rock

Juan Casanova estuvo en las dos ediciones de Montevideo Rock al frente de su banda Los Traidores. En la primera no estaban en la programación original pero entraron a último momento cuando se canceló la actuación de Siouxsie and The Banshees. Hoy es el curador de esta edición y, junto al colectivo Enlaces que creó con el cantante de la Vela Puerca Sebastián Teysera, será el encargado de abrir el festival.

Casanova recuerda el momento histórico que transitaba Uruguay en ese tiempo. "Se atravesaba la salida de la dictadura y había una sociedad que comenzaba a reconstruirse, con una juventud muy activa, involucrada y pujante, haciendo su parte en esa reconstrucción. Para Traidores, fueron shows muy importantes. El primero porque llegamos a cerrar un festival al cual no habíamos sido invitados y, según mi parecer, fue uno de los mejores shows que dimos en nuestra historia (con Ale Bourdillon en batería, quien iba alejarse de la banda poco tiempo después) . Creo que sirvió para darnos cuenta de que había mucha gente que apreciaba lo que hacíamos y esto nos dio el impulso para seguir adelante. El segundo evento nos encontró ya consolidados, con un disco nuevo en la calle, bastante diferente musicalmente hablando y fue muy importante también por la respuesta que tuvimos de la gente, que nos apoyó a pesar de haber tomado el riesgo de ampliar nuestro espectro musical, ayudándonos a definir lo que acabaría siendo nuestro estilo tan particular", recuerda.

Para Casanova el rock nacional vive hoy una realidad completamente distinta a la de 1986. "En aquella época las bandas estaban enfocadas y comprometidas casi exclusivamente con la realidad de nuestro país. Ahora, sin abandonar ese compromiso, también se han ampliado los horizontes y muchas bandas nacionales son reconocidas en la región y el mundo y componen e interpretan para un público más amplio, a la vez que son embajadores de la cultura nacional".

36.000 entradas

Después de haber agotado una primera tanda de 30 mil entradas , la organización liberó 6.000 más, con lo que se colmó la capacidad locativa del festival, que se realizará en la Rural del Prado.

26 bandas

Dos escenarios con nombres taquilleros, como No Te Va Gustar, La Vela Puerca, La Trampa, y bandas más emergentes, como Julen y la Gente Sola, ofrece el Montevideo Rock.
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