Los dos papas, la película que se estrenó en noviembre del año pasado, estuvo nominada en cuatro categorías en los Globos de Oro y ahora compite en tres en los Oscar, buscó reconstruir parte de la historia reciente del Vaticano.
La película trata de resolver qué pasó detrás de la renuncia del papa Benedicto XVI y qué precedió al inesperado ascenso del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio al papado. Para eso la ficción explora en la supuesta relación entre el alemán y el argentino, que mientras dialogan y debaten en torno a las exigencias del mundo moderno para cambiar o no ciertos rumbos en la Iglesia Católica, indagan sobre sus propios pasados.
Y entre ficción y realidad, una de las cosas que sorprendió recientemente fue cómo se montaron las escenografías para que Anthony Hopkins (como Benedicto XVI) y Jonathan Pryce (como Francisco) parecieran estar realmente en el balcón del Vaticano, en la Plaza de San Pedro y en la Capilla Sixtina.
Según informó Clarín, después de que el Vaticano no concediera los permisos para que Los dos papas se rodara en esa zona, la compañía Union VFX se encargó de recrear las locaciones con efectos que quedaron plasmados en un video.
La superproducción de Netflix dirigida por el brasileño Fernando Meirelles contó con una minuciosa tarea de efectos especiales. Ni los actores ni el equipo de rodaje traspasó las puertas del Vaticano.
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