Baños de barro y sal en Bulgaria

El paisaje es sorprendente: a poca distancia de la costa y sus playas se despliega una sucesión de lagunas rosadas rodeadas de tojos, con espesas aguas cargadas de minerales y residuos orgánicos.

La sal recolectada en una parte de las cuencas se trata en una fábrica cercana, mientras que en la otra parte de los estanques miles de visitantes pasan el día untándose con toda la cantidad que deseen de un barro que se considera que tiene propiedades consideradas.

El agua de la zona de spa es el concentrado que se forma de manera natural durante el proceso de extracción de la sal cuando el agua de la cuenca comienza a evaporarse. Contiene un cóctel de sustancias minerales –clorito de sodio, magnesio, potasio, azufre– recomendadas para tratar una serie de dolores, ya sean articulares o musculares.

La experiencia asegura también un momento de risas para los visitantes que se fotografían cubiertos de los pies a la cabeza por una pasta negra recogida en la cuenca de los lagos, cuya densidad, debida a la cantidad de sal, es tan alta que se flota sin esfuerzo.

Para Gerhard Müller, un turista alemán de 70 años que acude con regularidad a sumergirse en las lagunas de Burgas, no se trata de una simple atracción. Asegura que estos baños le sirvieron para reducir un persistente dolor que sufría en la espalda.

“Me gusta venir todo lo que puedo, es muy bueno”, asegura ataviado con un sombrero de paja y el cuerpo cubierto de barro hasta el cuello.
A Natalia Yaneva, una joven habitante de Burgas, le gusta la sensación “aterciopelada” de su piel tras sumergirse en la sal y el barro.

Este spa improvisado al aire libre y frecuentado sobre todo por los habitantes de Burgas fue equipado recientemente con senderos y plataformas de madera.

Los propietarios de la salina aseguran que reciben cada día 4.000 visitantes, a € 1 la jornada.

Una larga tradición

La agradable sensación que describen los turistas no debería sorprender si estamos hablando de un país de una antigua tradición en el uso terapéutico de manantiales de aguas termales, que se remonta a la época del Imperio romano. 

Bulgaria tiene más de 1.600 fuentes termales, 600 de las cuales son de agua mineral, situadas sobre todo en las faldas de las montañas; docenas de lagunas y fuentes de barro curativo; y depósitos de turba curativa.

Tiene tanto manantiales de agua fría –que se encuentran dispersos en todo el país– como muy famosos de agua caliente de gran variedad de temperaturas, con la fuente Geyser de 103° como el reservorio más extremo. 

Cuenta con 48 complejos turísticos de montaña, 15 complejos turísticos en la costa del mar Negro y 38 balnearios.

Bulgaria es uno de los grandes referentes europeos en el turismo de salud y es reconocido por la calidad de sus spas. En ese sentido, ofrece diversos servicios, como masajes, baños con aguas minerales, baños de perlas, tratamientos de reflexología, acupuntura, gimnasia, terapia con láser, tratamiento de parafina, apiterapia, fitoterapia, tratamientos con fangos medicinales, aromaterapia, programas antiestrés, planes de dieta y pérdida de peso, sauna, solárium, gimnasio, cosmética médica, entre otros.

Y todo ello en el marco de una naturaleza bellísima y unos paisajes pintorescos.

El clima costero y de montaña es muy saludable y más favorable que otros destinos turísticos del viejo continente. El número de días de sol es aproximadamente 20% más que en el norte, noroeste y centro de Europa. Las nubes en la costa del mar Negro son 30% menos que en la costa Atlántica o en algunas partes del Mediterráneo. Y durante la primavera y el verano hay muy pocas precipitaciones.

Con base en AFP