Caminante no hay camino: la aventura de Old Man's Journey

Tal es el caso de la recomendación de hoy. Old Man's Journey fue editado por el estudio independiente Broken Rules, afincado en la capital de Austria, el año pasado. Su historia es, en apariencia, muy simple. Un anciano que pasa sus últimos días en una casita veraniega recibe una carta. Su contenido nos es, en un principio, vedado. Sí sabemos que la carta tiene fuerte impacto afectivo en nuestro protagonista, quien no duda en armar sus petates y emprender el viaje que da título al juego. Y a medida que viaja, distintas cosas, lugares y personas –por ejemplo, una pareja que lo retrotrae a su juventud y a recordar a un antiguo amor– irán dándonos pistas de hacia dónde vamos, porque el viaje, además del literal que realiza por tierra, aire y mar, es hacia su pasado, su propia historia, su juventud ya lejana pero que todavía late bajo la vieja piel con la suficiente fuerza como para impulsarlo y llevarlo a recorrer kilómetros y kilómetros tras un recuerdo.

La jugabilidad del juego es tan original como su propio concepto. Aunque hay momentos de simple point and click, hay otros en los que para avanzar por los hermosos paisajes, diseñados por los artistas Clemens Scott, Brian Main y Lip Comarella y dibujados a mano, hay que "manipularlos". Esto es, unir las líneas de las formas y contornos de los objetos y lograr construir, por así decir, los caminos que le permitirán a nuestro viejo seguir su marcha.

No hay amenazas, no hay enemigos y no hay tampoco grandes trabas. Pero el juego en ningún momento se torna aburrido. Es tal el nivel de las animaciones y las ilustraciones, acompañadas por una hermosa banda sonora, y la profundidad de aquello que cuenta –aunque apela mucho al aporte del jugador (algo que, de por sí, es positivo) para que construya él mismo la historia– que las dos horas de su duración son un completo disfrute.

"La primera inspiración del juego vino de una foto que encontré cuando fui a visitar unos amigos. Era una imagen de colinas que se perdían en la niebla", contó Felix Bohtasch, director del estudio y diseñador principal del juego en una entrevista para Eurogamer. "A partir de ahí, nos reunimos a tirar ideas de imágenes que funcionaran en pantalla táctil. Imágenes que se pudieran moldear, deformar con el dedo y formar el camino para el personaje. La foto tenía, también, muy presente la pasión por los viajes que teníamos todos nosotros y queríamos transmitir en el juego", agregó.

Para Bohtasch, el juego es el resultado de algo muy personal: "Nuestra empresa Broken Rules tiene cinco accionistas. Desde su fundación en 2009, hemos desarrollado cinco juegos, mientras que entre todos nosotros tenemos ocho hijos. Cada uno de nosotros ha estudiado cómo equilibrar la familia, el desarrollo personal y el trabajo. Este desafío nos conecta a todos, pero creo que también es algo que entienden muchas personas en todo el mundo, independientemente de la cultura en la que crezcan.

Todos deben lidiar con el tema de la familia en su vida. Es por eso que en nuestro juego queríamos hablar de un hombre que no logró reconciliar su pasión personal con el deseo de tener una familia. Y que después de todos estos años, ahora está en camino de reconciliarse finalmente con ella. Porque el amor verdadero también puede perdonar grandes errores".

Evidentemente Bohtasch sabe de lo que habla y su juego ha tenido el alcance buscado, ya que Old Man's Journey ha arrasado con casi todos los premios a los que se ha postulado desde su edición el año pasado. Disponible para Android, iOS, macOS, Windows, Nintendo Switch y PlayStation 4.