Con ayuda de tamberos, el productor al que se le murieron 58 vacas siguió en actividad

Más de la mitad de las vacas que tenía en su tambo, la mayoría Holando y otras cruzas con Normando, murieron después de empujar una portera y llegar a un lugar donde comieron grano de cebada molido en exceso.

La acidosis que les provocó la ingesta hizo que sufrieran úlceras con perforamientos fatales. En el accidente se perdieron varios vientres preñados, y las 31 vacas que sobrevivieron, quedaron sentidas y están en recuperación, con una producción de leche que es mínima.

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Solidaridad conmovedora

El tambero ha recibido ayuda de productores en una ola de solidaridad que lo conmueve.

“Ha sido un golpe de solidaridad impresionante, me han llamado productores de todo el país. De alguna manera ayuda a salir de la situación el gran movimiento de solidaridad que se ha generado en esto”, comentó a El Observador.

Varios productores le prestaron 27 vacas de la raza Holando, el primer lote que llegó era de 15 animales, el segundo de 12 y ya lo han llamado para enviarle más, incluso productores chicos se han ofrecido a prestarle una o dos vacas. 

“Todo el mundo se ha solidarizado de forma muy conmovedora”, dijo el tambero.

La ayuda recibida “es un empujón para seguir adelante”, que Henry valora porque “estos son momentos en los que si uno se queda medio solo no puede. Así, uno se levanta y sigue luchando. De esta manera se siente que no estoy empujando solo”, añadió.

El productor estimó que cada una de las vacas que murieron en el accidente tenían un valor de mercado estimado en US$ 1.000.

La producción no paró

Si bien ahora la producción es prácticamente mínima en el tambo, Henry destacó que la actividad no paró nunca. Tomó distancia de la situación “por un momento”, y volvió al trabajo, para que el tambo continuara con su producción, dentro de lo que se puede, de forma normal.

“El trabajo sigue ahora con las vacas prestadas tratando de cubrir lo más que se pueda, para después ir enganchando con mis vacas que vayan pariendo”.

El establecimiento de Henry es de tamaño familiar y su producción diaria, antes del accidente, tenía un promedio de 15 a 18 litros por vaca.

Las 31 vacas que sobrevivieron a la ingesta excesiva de granos se vienen recuperando. El tambero explicó que a estos animales se les dio levadura de cerveza y mucha fibra al principio, y ahora, de forma progresiva, están ingiriendo forrajes de mejor calidad y concentrado, "para darle tiempo al rumen que recupere su plenitud fisiológica".

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Socios organizados para ayudar

Henry integra la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) hace varios años. Tras el incidente en su tambo, la gremial se organizó para dar varias líneas de ayuda. Este lunes, el presidente de la gremial, Walter Frisch, visitará al tambero junto al técnico zonal de Conaprole para ver la situación de la producción, según informó a El Observador.

El dirigente de la ANPL dijo que la respuesta de los socios ha sido muy buena y que han recibido llamadas de otras gremiales, porque la Comisión Nacional de Fomento Rural también se adhirió al apoyo.

Frisch indicó que febrero es “un mes complicado” para la remisión de leche, pero que ya hay pedidos de donación para marzo, que la gremial articulará ante Conaprole, cooperativa a la que Henry remite.

El tambero contó que tras el accidente recibió un llamado de la cooperativa en el que se ponían a la orden para lo que necesitara, y añadió que próximamente, junto al técnico zonal, presentará una propuesta con respecto a su producción.

Además de litros de leche, los socios de la ANPL han apoyado al tambero con donación de animales y dinero. La cuenta del Banco República, habilitada para apoyar al productor, ya ha tenido movimientos, contó Frisch.

“Estos son casos difíciles porque quedan una gran cantidad de pendientes que hay que afrontar con producción y al haberse muerto más del 60% de su rodeo, el resto del ganado también quedó en malas condiciones para producir. La remisión se cae y es muy complicado financieramente”, añadió Frisch.