El
Ministerio del Interior considera como un hecho que terminará separando del cargo a cuatro oficiales por ser sospechosos de haber violado los protocolos que rigen las denuncias por violencia doméstica en la Policía.
Según fuentes del ministerio, al menos fueron estos cuatro uniformados quienes incumplieron con las normas básicas que implicaba haber transmitido a las oficinas correspondientes la denuncia que en 2015 realizó Valeria Sosa contra su pareja, un policía del Departamento de Operaciones Especiales (DOE).
El lunes 30 de enero este policía mató de un balazo en la cabeza a Sosa. En 2015 Sosa realizó una denuncia en la seccional sexta de Policía, pero esa repartición no informó de la denuncia al DOE, donde revistaba el denunciado, ni a Unidad de Violencia Doméstica del Ministerio del Interior.
Los policías de la seccional sexta ni siquiera dieron parte a la Justicia de esta denuncia, dijeron las fuentes ministeriales, lo cual fue confirmado por la jueza de familia especializada. La magistrada informó que el caso nunca había llegado ni a su sede ni a ningún otro juzgado. La situación compromete al comisario de la sexta, principal autoridad de la repartición, y al oficial que estaba de guardia en el momento que la mujer hizo la denuncia.
Los funcionarios policiales de la seccional sí comunicaron en cambio, la denuncia a la seccional 17, ya que fue en su jurisdicción donde se produjo la amenaza del policía.
Por eso también están seriamente involucrados también el comisario y el subcomisario de la seccional
17, dependencia que tampoco cumplió con el protocolo que hubiese permitido que en el DOE le retiraran el arma de reglamento al denunciado.
Cuando la
investigación administrativa dé paso al sumario estos cuatro oficiales serán separados del cargo y no se descarta que su proceder sea informado al
Poder Judicial.
