Denuncian licitación arreglada en Hospital Militar para “destruir” al Clínicas

En Udelar sospechan que en el proyecto del Militar hay un “negocio oculto”

Tiempo de lectura: -'

16 de agosto de 2014 a las 17:44

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

No ocurre muy seguido, pero cada tanto, en el Hospital de Clínicas deciden patear el tablero y salir a la opinión pública con munición gruesa para defender sus intereses. Esta es una de esas veces.

Es que Sanidad Militar abrió una licitación que, según dicen, “destruirá” al Centro Cardiovascular Universitario (CCVU) que funciona en el Clínicas. Además, denuncian que detrás de esa licitación se puede concluir la existencia de un “gran negocio oculto” que involucra a militares, comunistas y poderosos empresarios vinculados a la cardiología.

La licitación que abrió Sanidad Militar es para tercerizar la hemodinamia y –tal como lo ven en el Clínicas– construir un “gran centro cardiovascular” a apenas “300 metros” del hospital universitario. El director del CCVU, Diego Freire, y el profesor adjunto de ese centro, Rafael Mila, dijeron a El Observador que del pliego se desprende una inversión inicial de entre US$ 2 millones y US$ 3 millones, incluida la compra de un angiógrafo de última tecnología idéntico al que tiene el CCVU.

Eso obviamente deja afuera a la Universidad, que aspiraba a presentarse con sus propias instalaciones. Pero, además, ven la licitación como una “amenaza” a la supervivencia del centro ya que competirían por los mismos pacientes (los del sector público). También es un golpe a las finanzas del Clínicas, porque lo que ganan por los procedimientos que se hacen en el CCVU implican el 80 % de los recursos extrapresupuestales del hospital.

Los cardiólogos destacaron que si la licitación prospera, el sector público de la salud estará superponiendo recursos en vez de avanzar hacia la complementación, como pregona el gobierno y en particular la Red Integral de Efectores Públicos (Rieps).

“Todo lo que piden en la licitación ya lo tenemos acá, y tenemos capacidad de sobra para atender a sus pacientes. Es una inversión desinteligente que va a contrapelo del modelo de crecimiento que proyecta el país”, lamentó Mila.

Y agregó: “Cualquier observador externo se da cuenta; es dos más dos. Nostros somos fuertes en hemodinamia y ellos van a ser fuertes en cirugía cardíaca, donde nosotros tenemos debilidades. Bueno, hagamos un gran centro, compartamos el IMAE y brindemos una atención de excelencia y puramente pública”.

Justamente, la licitación se enmarca en la aspiración del hospital Militar de constituirse como un Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) cardiológico si el Fondo Nacional de Recursos (FNR) lo aprueba. El FNR viene postergando desde 2013 el tratamiento del asunto que tiene claros ribetes político-partidarios y que ha sido motivo de enfrentamientos en el oficialismo.

De constituirse como IMAE, en el Militar podrán abarcar más población que sus 70 mil pacientes y recibir financiación externa. Freire y Mila señalaron que la licitación, a simple vista, “no es rentable para nadie” porque está diseñada para realizar los procedimientos actuales del Militar con sus pacientes.

Por eso deducen que detrás de la letra fría se esconde la certeza de que lograrán la habilitación del FNR. Y el arreglo económico previo con un proveedor para que haga la inversión con la tranquilidad de que en un futuro habrá más pacientes y, por ende, más dinero para repartir.

“Si eso es así, es una decisión política de destruir al Hospital de Clínicas”, advirtió Mila. “Es competencia desleal. Freire complementó: “Nosotros no tenemos miedo de competir, pero tampoco tenemos fines de lucro. Queremos crecer, tener la cantidad de pacientes necesarios para desarrollar medicina de calidad y formación de primer nivel. Somos la Universidad: no respondemos al bolsillo”.

También es posible que en el Militar no tengan esa certeza de que el FNR les vaya a dar el sí, pero que utilicen esta licitación como forma de “presionar”, dijo Freire. “Es un mecanismo de presión: tengo esta tecnología, la tengo subutilizada, habilítenme el IMAE”, graficó.

Los cardiólogos sospechan que el acuerdo es con el INCI, de Casa de Galicia, que hace años realiza la hemodinamia del Militar (ahora su licitación venció) y que tiene “vinculaciones” de distintos tipos con ellos. Además, el INCI maneja el 50% de la hemodinamia nacional, lo cual lo convierte en un grupo empresarial poderoso.

Sanidad Militar abrió sus puertas el jueves para que los interesados en la licitación hicieran una visita del área física. Una funcionaria del hospital Militar dijo a El Observador que había concurrido un solo proveedor al llamado, pero no reveló su identidad.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.