Ministerio del Interior

Disfraces y vínculos familiares: el detrás de la incautación de 400 kilos de droga en una ambulancia

La banda que lideraba un uruguayo hace un año y medio tenía como finalidad distribuir droga a bocas de venta de la zona metropolitana

Tiempo de lectura: -'

15 de junio de 2022 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Existía la posibilidad de que la Policía Caminera los parara en un falso control de rutina. De todas formas, personal de las jefaturas de Cerro Largo, Treinta y Tres, Tacuarembó y Lavalleja ya se habían posicionado para cerrarles todas las salidas. Finalmente, vehículos policiales lograron interceptar a la falsa ambulancia que transportaba 423 kilogramos de droga, entre cocaína y pastabase. 

Al primer vehículo de la "caravana" que custodiaba a la falsa ambulancia, la Policía lo dejó pasar. Interceptaron al segundo, que avisó a la ambulancia, y esta intentó dar la vuelta para fugarse, aunque sin éxito. Pese a que llevaban consigo un arma, los tripulantes no amenazaron con usarla para defenderse, dijeron fuentes policiales a El Observador. 

A nivel judicial, la incautación millonaria fue producto del trabajo de un mes de seguimiento –la Policía alertó sobre esta situación el 2 de mayo a la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero–, que también implicó nueve detenidos, de los cuales dos fueron condenados y cuatro imputados en la tarde del martes. La suerte que correrá el resto se sabrá este miércoles.

De acuerdo al relato de Ferrero en la audiencia, la banda que lideraba un uruguayo tenía como finalidad distribuir droga a bocas de venta de la zona metropolitana. A través de vigilancia electrónica que autorizó la Justicia, se identificó la vivienda de este cabecilla y sus movimientos diarios. Así detectaron que vivía en el Fortín de Santa Rosa y que utilizaba diferentes vehículos. 

El 12 de junio lograron ubicar al exsuegro de este cabecilla que, rumbo a la ciudad de Melo, se detuvo frente a un liceo en el paraje de Isidoro Noblía, durante aproximadamente dos horas. Simultáneamente, los investigadores escucharon el ruido de una avioneta que se aproximaba en la misma zona –y desde donde presumían venía droga–. 

Minutos después, diferentes vehículos –que pudieron asociar a este cabecilla– salieron del campo y se aproximaron a esta camioneta ploteada como ambulancia, a donde subieron el cargamento. Allí comenzó una caravana de tres vehículos que circuló por la ruta, hasta que a la altura del kilómetro 708 de la ruta 8, se los detuvo. La ambulancia quedó detenida al costado de otro auto que la escoltaba, del que se bajaron dos colaboradores a los que se les incautaron dos handies, una pistola 9 milímetros, dos cargadores, una manguera con sistema para carga de combustible, un embudo y varios conos reflectivos, dos teléfonos Iphone, dos Samsung y otro de diferente marca. También se incautaron 200 dólares, 6.300 pesos uruguayos y 9 mil argentinos. 

En la ambulancia, conversando, estaban el cabecilla vestido con una túnica de TNT azul y guantes de latex para simular que era personal de la salud, y un tercer colaborador, de origen extranjero. El líder intentó fugarse, pero un policía lo impidió disparándole a las ruedas de la ambulancia. Allí incautaron los 11 bolsones que llevaban ladrillos de cocaína y pastabase, otros dos celulares Iphone, casi 1.800 dólares y 38.100 pesos. 

La discusión entre la fiscal, el extranjero y la jueza

Una vez que Ferrero pidió que los cuatro imputados fueran presos preventivamente, la defensa de los acusados se resistió respecto a uno de ellos, el extranjero que iba en la ambulancia con el cabecilla. La abogada señaló que él no sabía qué estaban contrabandeando droga. 

"Yo me pregunto, ya que a la defensa le extraña, qué pensó él cuando vio" al cabecilla "manejando una ambulancia que no era ambulancia y vestido como médico", teorizó la fiscal. Luego de eso, se dio la siguiente conversación entre este colaborador y la jueza de Crimen Organizado, María Mainard. 

Colaborador: Yo creí que era contrabando de tabaco.

Jueza: Pero usted entiende que eso es delito igual ¿no?

Colaborador: Sí, yo lo sé, pero le explico para que usted sepa lo que yo creí. No vi la descarga ni nada de lo que dice la señora (fiscal). 

(...)

Jueza: La fiscal muestra la intervención de una organización en este tipo de delitos. Quiero destacar la gravedad que revisten estos hechos. Aparte, de carácter transnacional, porque estamos hablando de que vino gente del extranjero, llegó una avioneta... 

Finalmente, la jueza hizo lugar a todos los pedidos de la fiscal. 

A su vez, en la casa del cabecilla en el Fortín de Santa Rosa, la Policía encontró a un cuarto y quinto colaborador pasando envoltorios de cocaína de un vehículo al otro. El cuarto se subió a uno de los vehículos y se fugó. Al otro se le incautaron 16 envoltorios de cocaína y otros paquetes, así como acetona, sustancia utilizada para estirar la sustancia. 

Momentos antes, la pareja del cabecilla (que es la menor de edad que fue detenida) había hablado con uno de ellos, quien le pidió que fuera a buscar el cargamento, pero ella le contestó que no tenía cómo abrir el auto, razón por la que rompió un vidrio para lograr el cometido. 

Al exsuegro del cabecilla se lo detuvo en Mariscala, departamento de Lavalleja. Se le incautó un Iphone 8 y 18 mil pesos. Declaró que no sabía que estaban ingresando droga, sino que se trataba de contrabando de cigarrillos. 

A él y a uno de los colaboradores los condenaron por proceso abreviado a penas de 14 meses, compuestos parcialmente de arresto domiciliario y libertad con la obligación de hacer tareas comunitarias. 

La llegada del avión

El cabecilla y un quinto colaborador fueron quienes tramaron bajar la cocaína en ese campo en Cerro Largo. Lo eligieron porque era un lugar amplio donde la avioneta podría descender sin problema en forma clandestina. Planearon cómo conseguir el combustible para reabastecerla y cómo trasladarían luego el cargamento. 

El sábado 11, este quinto colaborador junto al tercero (el que iba en la ambulancia con el cabecilla) fueron al campo con una de las camionetas y escondieron tarrina de combustible de avión entre los árboles que están cerca de la pista. Al otro día, fue el cabecilla sobre las 19 horas, cuando la avioneta descendió y dejó los bolsones, que cargó en la ambulancia junto a otro de los colaboradores que iba en los autos que escoltaban al vehículo principal. El piloto, según Ferrero, se llevó una "cuantiosa suma de dinero". 

El negocio y un tercero sin identificar

El cabecilla de la banda dijo que hace un año y medio que se dedica a distribuir sustancias estupefacientes. Para este negocio concreto desembolsó 50 mil dólares y el resto lo puso otra persona, que la fiscalía todavía no identificó, y que recibiría la pasta base. 

En su casa también incautaron varias pistolas Glock y una escopeta que, según dijo, había comprado para vender. 
CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.