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El desafío de generar cultura de sustentabilidad

¿De qué hablamos cuando decimos "cultura de sustentabilidad"? ¿Cómo fomentarla desde una organización? Tamara Farré, Directora de Gemma cuenta su visión

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05 de septiembre de 2018 a las 05:02

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Por Tamara Farré
Directora de Gemma

 

¿Cómo hacer para que la sustentabilidad permee en mi organización? ¿Cómo hacer transversal esta mirada? ¿Cómo hacer para que trascienda mi gestión, mi área o mis responsabilidades? Estas preguntas son muy recurrentes entre quienes lideramos estos procesos en las empresas, y en base a la experiencia de compartir con varios equipos este lindo desafío, hemos podido identificar algunos elementos que queremos compartir.


Lo primero que debiéramos tener en cuenta, es que hablar de cultura de sustentabilidad es incorporar una manera sistémica de mirar, y por tanto, desde su definición ya nos muestra la perspectiva desde donde construir. También resulta fundamental alinear que la sustentabilidad la entendemos como una forma de ser y hacer. No es algo que alcanzamos en la organización de un día para el otro. Son procesos que llevan sus tiempos, son cambios que implican movimientos muchas veces muy profundos para las organizaciones, y si bien en su concreción hay una genuina intención de cambio positivo, a veces es necesario empujar para que las cosas sucedan, y otras veces también es necesario parar para escuchar, evaluar, dar tiempo a integrar, y eso también implica construir. Esta clave de respeto al proceso, parece sutil, pero a nuestro entender es sustantiva al momento de querer construir desde el concepto de cultura.


¿Qué otras herramientas podemos incorporar en este camino?


Conectar con lo que somos y lo que nos mueve


Saber cuál es nuestro punto de partida. Reconocernos como organización, en nuestras fortalezas y debilidades. Entender dónde estamos parados, ¿qué hacemos bien?, ¿cuáles son nuestros miedos?, ¿hacia dónde queremos ir?, ¿qué nos mueve como organización? Esto nos va a permitir proyectar desde una mirada genuina, empática y constructiva. 


Propósito


Estos procesos tienen la feliz particularidad de que para que se consoliden, deben ser creíbles y genuinos, inclusivos, integradores y representativos de la organización, y desde ese lugar, debemos construir.


¿Por qué queremos hacerlo? ¿Para qué? y ¿Cómo? Primero desde una perspectiva personal, y luego estas mismas preguntas desde una perspectiva organizacional. Para ello también es fundamental que la estrategia esté alineada al negocio y por tanto debemos animarnos a mirarla desde esta perspectiva, poniendo las habilidades al servicio del triple impacto. 

 

Involucrar

 

Si queremos construir con otros, debemos reconocer a ese otro y darle un lugar.


¿Quiénes son nuestros grupos de interés? ¿Cómo nos vinculamos con ellos? ¿Qué impactos tenemos en esos vínculos? ¿Cuáles son sus expectativas?
La escucha es la gran herramienta que tenemos quienes trabajamos en estos temas. En todas estas voces y también en los silencios, está el contenido de nuestra estrategia y es clave que podamos conectar con ello para construir. 


¿Qué se entiende? ¿Qué no se entiende? ¿Qué se espera? ¿Qué conversaciones y acuerdos resultan clave?


Y esto no es solo al inicio. Una empresa u organización que quiere construir de manera colectiva y dinámica, debe generar espacios de escucha y de inspiración que permitan atender los procesos, y a su vez, innovar y buscar nuevas formas que vayan acompañando la evolución de la organización en los diferentes desafíos.


Proyectos compartidos


Una forma concreta de generar involucramiento es haciendo de manera colectiva y allí aparecen herramientas que ayudan mucho en estos procesos: Programas de Voluntariado, liderazgo colectivo de proyectos, programas de impacto transversal a la organización, grupos de trabajo, hasta objetivos como el que implica elaborar un Reporte de Sustentabilidad. Todas son excelentes oportunidades de identificar en las individualidades, habilidades al servicio de un mismo fin, y eso alimenta el involucramiento y sobre todo el sentido de pertenencia, que nos estimula a apropiarnos desde lugares más genuinos.


Revisión, reconocimiento y celebración de logros.


Compartir objetivos, definir indicadores de éxito claros, ser transparentes en el alcance de lo que buscamos, es clave para involucrar y también para evaluar como lo estamos haciendo hacemos. Reconocer a quienes hacen, empujan, promueven, sostienen, se comprometen.
Promover agentes de cambio, y reconocer sus logros. 


¡Los invito a transitar este lindo desafío! 
 

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