Durante siglos, una estatua de un comerciante de esclavos del siglo XVII permaneció erigida en el centro de la ciudad de Bristol, en el suroeste de Inglaterra.
Pero este domingo, el monumento de Edward Colston cayó estrepitosamente a manos de un grupo de manifestantes, que luego la arrojaron al agua.
Los manifestantes protestaban en contra del racismo.
El periodista de la BBC Jack Grey estuvo ahí y fue testigo del hecho.
Miles de personas habían acudido a la manifestación en la ciudad, una de varias llevadas a cabo en distintos lugares de Reino Unido, como consecuencia de la muerte en mayo de George Floyd mientras estaba bajo custodia policial en la ciudad de Minneapolis, en Estados Unidos.
Un grupo de manifestantes rodeó la estatua en la avenida Colston, erigida en honor a un hombre cuyas embarcaciones enviaron alrededor de 80.000 hombres, mujeres y niños desde África al continente americano entre 1672 y 1689.
El legado de Colston ha sido motivo de división en la ciudad durante años. Algunos opinan que la historia no se puede cambiar y otros han emprendido exitosas campañas para remover su nombre de calles, escuelas y otros espacios.
En la multitud del domingo se notaba una clara frustración, en parte porque la estatua permanecía allí todavía en el año 2020, pero también porque la habían cubierto solamente con una tela antes de que la protesta tuviese lugar.
La tela que la cubría, a la que le habían lanzado ya varios huevos, fue arrancada finalmente y algunas personas decían que querían ver al hombre a los ojos. Rápidamente, un grupo amarró varias sogas al monumento de bronce y el proceso de derribarlo comenzó.
Una vez que fue removida la tela que cubría a la estatua, tres manifestantes se treparon a lo más alto para atarle sogas alrededor de la cabeza.
Treinta segundos después, Colston cayó al suelo. Muchos le saltaron encima y otros que sostenían una pancarta con el mensaje "Black Lives Matter" se subieron al zócalo donde había estado erigida la estatua.
Ira en lugar de celebración fue el sentimiento que predominó cuando cayó el monumento, y pronto se supo que los manifestantes todavía no acababan con él.
Lo arrastraron a una distancia corta hacia el puerto de Bristol y lo arrojaron sobre el muelle.
El alcalde de Bristol, Marvin Rees, dijo el domingo que sabía que la remoción de la estatua dividiría opiniones, pero que era "importante escuchar a aquellos que encontraron que la estatua representaba una afrenta para la humanidad".
Fuente: BBC History/ Nigel Pocock
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