En el año de la pandemia, la economía uruguaya cayó 6%

"Sobre estos resultados incidió la emergencia sanitaria asociada al covid-19, afectando la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de los establecimientos productivos", explicó el comunicado del BCU.

De esta forma, la economía uruguaya puso freno a uno de sus ciclos más virtuosos de expansión desde que hay registros de 17 años de crecimiento (2003-2019), aunque previo al covid-19 la actividad ya había mostrando señales de estancamiento (en 2019 el PIB se había expandido apenas 0,2%). 

El dato estuvo alineado con la última proyección ajustada en febrero que realizó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de una contracción del PIB de 5,8% para 2020. En los supuestos iniciales de la ley de Presupuesto (se habían elevado a mitad de 2020 y con un trimestre de pandemia) el MEF había proyectado un descenso de la actividad de 3,5%, que luego revisó a medida que el impacto del covid-19 se fue extendiendo en el tiempo. 

Para 2021 el gobierno estima que la actividad volvería a los niveles precovid-19 en el tercer trimestre, con una expansión anual del PIB de 3,5%. Esa estimación está 0,8 décimas por debajo de lo estimado en la ley de Presupuesto a mediados del año pasado (4,3%).

En la conferencia que brindó el presidente Luis Lacalle Pou con las últimas medidas de restricción en la movilidad y apertura de locales públicos y privados, el mandatario dijo que, por el momento, no se consideró oportuno revisar las proyecciones en materia de crecimiento, déficit e inflación que se fijó el MEF para este año porque había bastante incertidumbre sobre el fin de la pandemia. 

Desde el enfoque de la producción, la mayoría de los sectores de actividad registraron tasas interanuales negativas en 2020, destacándose por su incidencia comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas y salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios, mientras que la construcción fue el único sector con desempeño positivo en el año, según el BCU.

En tanto, desde el enfoque de la demanda, la contracción de la actividad económica se debió a una disminución tanto de la demanda interna como externa. El consumo se redujo, compensado parcialmente por la formación bruta de capital (inversión), que aumentó como resultado de una mayor acumulación de existencias. Por su parte, la caída en la demanda externa se explicó por una disminución en el volumen físico de las exportaciones de 16,2%, mientras que las importaciones se contrajeron a una tasa interanual de 10,8%, respondiendo en ambos casos a caídas tanto en bienes como en servicios.

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