Entender lo que comemos

Saber con qué nos alimentamos implica disposición y voluntad, pero vale la pena iintentarlo

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15 de agosto de 2018 a las 05:00

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En el mundo en que vivimos casi todo lo que comemos tiene conservantes o colorantes, está bueno entender qué es lo que estamos comiendo, qué tan bueno es ingerir constantemente esto y qué podemos sustituir o hacer nosotros para cambiar esto que ya es costumbre. La semana pasada fui a un curso de embutidos, no fui con el propósito de convertirlo en algo comercial si no para entender aún más qué hay atrás de todo esto tan rico que comemos tan frecuentemente y, sobre todo, los domingos cuando la excusa es hacer un buen asado y la picada con chorizos, salchichas, morcillas y paté siempre se vuelve la gran vedette.

Volver a los orígenes es casi como decir volver a cocinar, hoy por una cuestión de tiempo perdimos esa esencia que era la comida casera y los olores de la comida, que además de ser más saludable, nos ayudaba a entender lo que estamos comiendo, el proceso de cada plato, qué ingredientes tiene y el valor que tiene cada uno de ellos. De esta forma, cuando llegaba a la mesa se disfrutaba de otra manera porque se conocía el esfuerzo y el valor del plato. Es importante volver a esta costumbre, aunque sea dos veces por semana tratar de parar y tomarse el tiempo de cocinar. Es muy importante que podamos tomar conciencia de cuáles son los productos de estación, cuando vayan al supermercado o a la feria van a ser los precios los que nos van a dar el parámetro y de acuerdo a ellos vamos a tener que pensar en qué comemos. Después hay que ponerse a investigar y usar la imaginación para poder hacer un plato delicioso. Adicionalmente, para los niños está bueno generarles el hábito de la cocina para que luego relacionen su infancia con el aroma y todo lo que él significó.

Sofi Muñoz Embutidos
El pan casero, los chorizos caseros, la mermelada casera, son típicos productos que antiguamente consumían nuestros abuelos o padres y que, seguramente, tienen hasta hoy el recuerdo de cómo se hacían. En nuestra generación esto casi ya no existe por eso somos nosotros los responsables de volver a generarlo. Para esto nos ayuda mucho lo que hoy está tan de moda: los productos orgánicos. Antes, la importancia de algunos oficios que ya no existen, era tratar de conservar productos que no tenían conservantes y hacer que duren durante la temporada de invierno o verano cuando escaseaban. De esta forma, al tener de vuelta este tipo de mercadería sabemos que cuando cocinamos no tenemos presencia de conservantes y que todo lo que estamos preparando va a ser más sano que cualquier producto producido de manera industrial y que tenemos que ponerle una cuota trabajo para hacer que duren y que queden más ricos.

Sofi Muñoz Embutidos
Con el curso de embutidos pude valorar todo el trabajo que hay detrás del paté, el chorizo o la salchicha y esto me lleva a tener conciencia de los productos y el trabajo que requiere. Con todo esto me refiero desde el criado del animal o animales (ya que pueden ser de dos especies diferentes), la forma de faena y de limpieza, la manera de sazonarlo, la cantidad de grasa, el embutido y el tiempo de estacionado de cada uno. De esta forma, cada vez que los use voy a saber que no se puede acabar en unos minutos, si no que hay que saber disfrutarlo y valorarlo, respetar el producto y saber que, si bien tiene grasa y mucha carne, si lo hacemos usando productos de buena calidad podemos consumirlo usualmente teniendo consciencia.
Sofi Muñoz Embutidos

Para motivar a entrar a la cocina les dejo una receta bien fácil y practica: paté de hígado de pollo.

Paté de higado

Sofi Muñoz Embutidos

Ingredientes

  • 2 kilos de hígado de pollo
  • 1 cebolla
  • Romero c/n
  • Ciboulette c/n
  • 2 puerros
  • Sal c/n
  • Pimienta c/n
  • 350 ml de cerveza
  • 100 ml de crema de leche
  • Manteca c/n

Rallar la zanahoria, cortar la cebolla y el puerro.

Macerar el hígado con la cerveza y todos los vegetales por al menos una hora. Separar el liquido y reservarlo en otro recipiente. Dorar el hígado y los vegetales en aceite de oliva. Una vez dorado, volcar en el líquido del macerado más una taza de caldo, dejar a fuego lento durante media hora hasta que estos se cocinen.

Mixear.

Agregar 100 ml de crema de leche. Pesar la preparación anterior, y agregar la mitad del peso en manteca, mezclar.

Enfriar en heladera antes de consumir.
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