Diego Vidart - El Embarque

Ir, volver e ir: 33 rostros de migrantes que partieron o llegaron a Uruguay

El embarque es un proyecto multiplataforma del fotógrafo Diego Vidart que pretende recrear El juramento de los 33 orientales de Juan Manuel Blanes con migrantes actuales

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07 de junio de 2018 a las 05:00

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Las ideas colgadas, inconclusas, son el alimento del artista. Son muchas las veces en que escritores, fotógrafos o directores de cine responden a la incómoda pregunta sobre el origen de su obra con un ya recurrente "tenía esta idea pendiente". En su maraña creativa diaria, de vez en cuando se activan procesos que iluminan y traen al primer plano proyectos que, hasta ese momento, acumulaban polvo en un rinconcito oscuro de la mente. Algo así le sucedió a Diego Vidart, fotógrafo uruguayo nacido en Francia que desde hace años se dedica a la investigación fotográfica. Para Vidart, el recordatorio había quedado anotado en una vieja libreta y apuntaba a un concepto específico: la pre-fotografía.

¿Se puede hacer una fotografía de un hecho que sucedió antes de la invención de la fotografía? Esa es la pregunta principal que se hace la pre-fotografía y Vidart lo quiso vincular a los procesos de independencia de Uruguay. A Vidart, que pasó sus primeros 18 años de vida viajando entre países con múltiples pasaportes, la palabra "desembarco" le resultaba perfecta, por lo que el hecho elegido no podía ser otro que el desembarco de los treinta y tres orientales y la representación que Juan Manuel Blanes hizo del episodio en su reconocido cuadro El juramento de los 33 orientales.

El objetivo de Vidart era crear una representación actual de aquel cuadro en una fotografía que se acotara a la época contemporánea. Y de ahí nació El embarque.

El proyecto, que se presentó el miércoles 6 en el Centro Cultural España y que permanece abierto al público hasta el lunes 18, involucra una exposición, un libro y una página web. El núcleo de El embarque es una foto de grandes dimensiones donde treinta y tres migrantes contemporáneos del país –uruguayos y extranjeros– fueron retratados en la sala de embarque del antiguo aeropuerto de Carrasco. En el libro, mientras tanto, se pueden encontrar cada uno de los retratos de estas personas, junto a sus historias de traslados y desembarcos.

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"Este proyecto es parte de mi propia historia. Es el resultado de cuestionarme quién soy, de dónde soy. Yo viví 18 años con varios pasaportes, hasta que en determinado momento me convertí en uruguayo. Llegué al país tarde. Había sido toda mi vida un migrante sin hacer gala del rotulo. Entonces este proyecto sirve para cuestionarme quién soy, y desde ese punto me interesa explorar el territorio y sus fronteras", contó Vidart. "Yo no soy tanto de hacer imágenes, sino de cuestionar a la fotografía. En ese proceso trabajo siempre con la idea macro de tener un período de investigación, de preproducción, de desarrollo de la idea, de conceptualización y puesta a punto, un previo de producción fuerte y después el cierre de la idea".

Más de cien personas postularon sus historias a través de un formulario web para El embarque, entre ellos el padre de Vidart, Jorge, que quedó en la selección final. "Fue una sorpresa, no me lo esperaba pero tiene lógica. Él es mi historia".

Una de las particularidades de El embarque es su ambición. El proyecto, que el propio Vidart catalogó como el más grande que ha realizado hasta la fecha, requirió la intervención de múltiples colaboradores, entre ellos la fotógrafa Tali Kimelman, que fue la encargada de realizar los retratos individuales. Pero también sumó la ayuda de editores de textos, correctores, directores artísticos y un prólogo a cargo de la escritora y guionista Inés Bortagaray.

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"La fotografía que es un área donde, en general, trabajás bastante solo o con un equipo muy reducido, y con tu mirada. Y acá fue lo contrario. Por eso lo comparo con una producción cinematográfica, en la que hay una persona que está dirigiendo el proyecto, que soy yo, pero que tiene un equipo detrás que lo apoya y lo sustenta. Esto se hizo metodológicamente desde esa perspectiva".

Uruguay ha estado involucrado con todos los tipos de migraciones posibles desde que se constituyó como país, pero El embarque llega en un momento en que el flujo de inmigrantes centroamericanos es fuerte y constante. Eso está retratado en el proyecto, ya que varios de los rostros que aparecen allí provienen de esas tierras.

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"Esto no es un muestreo de la migración ni pretende serlo, pero son historias de migrantes recientes. Uruguay ha estado atravesado siempre por las migraciones, desde el día cero. Somos un país construido por migrantes y lo seguiremos siendo. Y las palabras que mi hijo va a empezar a usar dentro de diez años van a ser palabras que van a venir de esta nueva mezcla de hoy, que nos une con venezolanos, colombianos o dominicanos. Por suerte nos vamos a seguir modificando, cuestionándonos en el buen sentido. Es una construcción permanente de quiénes somos y quiénes queremos ser".

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