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La lana más cara de la zafra es de Paysandú
En el establecimiento rural “Bonanza”, de la familia Benia Zabala, se produjo la lana que se vendió al precio más alto de la zafra, según informó El Telégrafo. El emprendimiento familiar, que se ubica en Paysandú, comercializó a través de la consignataria Lanas Trinidad 3.000 kilos de lana Merino Australiano de 16,2 micras, que se valorizaron a US$ 14,15, confirmó a El Observador Andrés Benia, responsable del establecimiento.
La lana, que tiene un 79% de rendimiento al lavado, se vendió junto al subproducto, y este se valorizó en US$ 1.
Un logro compartido
“Fue un precio espectacular”, expresó el productor, quien resaltó que “esto fue un logro compartido”, ya que fueron varios los responsables de la producción. En ese sentido destacó la participación del equipo establecimiento, del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y del Consorcio Regional de Innovación en Lanas Ultrafinas del Uruguay Crilu), instituciones con las que se ha trabajado codo a codo para mejorar las características de la lana, mencionó.
La lana vendida tiene certificación RWS (estándar de lana responsable) y Nativa. Esta última da garantías de bienestar animal, cuidado del ambiente y trazabilidad de las fibras de lana, desde el campo hasta las prendas.
Según detalló el productor, parte de la lana es de la esquila preparto, que se hizo en julio, y parte de la esquila de borregos, que se desarrolló en setiembre.
Producción familiar
La familia Benia Zabala hace muchos años que trabaja con ovinos en Paysandú. El emprendimiento familiar lo fundó el abuelo de Andrés y las tareas se pasaron de generación en generación, así como el gusto por la producción de lana y la carne ovina.
Hace 14 años que Andrés está al frente del establecimiento, donde actualmente hay 2.000 ejemplares en producción.
Parte de la majada de Bonanza es Merino Australiano y parte es Highlander, ya que además allí se trabaja con un subsistema carnicero.
Andrés contó que con los Merino Australiano se ha trabajado fuertemente en diminuir la finura de la lana. En el establecimiento hay genética de otras cabañas y propia, mencionó.
Una oveja más productiva
Algunos de los objetivos por los que el equipo de Bonanza ha desarrollado sus tareas son: mejorar la calidad del diámetro de la lana, así como el peso del vellón y el tamaño corporal de los animales. El fin de ese trabajo de mejoramiento, según indicó Andrés, es mejorar la rentabilidad del negocio del establecimiento.
“Buscamos una oveja que sea más productiva”, expresó el productor y contó que el trabajo se ha hecho junto al Crilu, al que pertenecen hac 10 años, ha sido decisivo para obtener buenos resultados como los de esta comercialización.
“El aporte de genética e información ha sido muy importante a la hora de tomar las decisiones”, subrayó.
Lanas finas y superfinas
