La media hora que obsesiona a los autoritarios

Los relojes norcoreanos se adelantaron 30 minutos el 5 de mayo. Las agujas se movieron por una decisión del presidente, Kim Jong-un, tras la cumbre con su homólogo del Sur, Moon Jae-in.

Kim aseguró que era "desgarrador" ver dos relojes murales con dos horas diferentes, la del Sur y la del Norte, según contó la agencia KCNA.

"La adopción del huso horario es la primera medida práctica tras la histórica tercera cumbre Norte-Sur para acelerar el proceso por el que Norte y Sur se convertirán en un [solo país]", informó KCNA.

Las dos Coreas no estaban en el mismo huso horario desde 2015, después de que el Norte decidiera anunciar de repente que todos los relojes del país serían retrasados 30 minutos.

Pyongyang explicó entonces que quería acabar con el horario impuesto más de un siglo antes por el colonizador japonés y marcar así el 70º aniversario de la liberación de Corea del yugo de Tokio.

Tras el anuncio de esta medida, el portavoz de la presidencia surcoreana, Yoon Young-chan, se congratuló por "una medida simbólica" que refleja la voluntad de mejorar las relaciones bilaterales.

Pero Kim Jong-un no ha sido ni el primero ni el único gobernante en querer controlar el tiempo.

En 1942, el dictador español Francisco Franco adecuó su horario al de la Alemania nazi, adelantando los relojes una hora.

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En 2008, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tomó una medida similar y modificó media hora el horario de su país y, respecto al meridiano de Greenwich, su huso horario pasó a ser de menos cuatro horas y media (-4.30 GMT).

El cambio horario de Venezuela sucedió antes de que comenzara el año escolar, con la excusa de que los alumnos y sus padres trabajadores se despertaran cuando ya había amanecido y no de noche, lo que produciría un mayor rendimiento de horas de luz.

Sin embargo, analistas aseguraron en su momento que el verdadero fin fue asegurar que Venezuela no tuviera que compartir huso horario con algunos lugares de Estados Unidos, su enemigo político.

En 2017, la medida de Chávez fue replicada por su sucesor, Nicolás Maduro, quien atrasó la hora 30 minutos, alegando que la medida contribuiría al ahorro energético, luego de los desastres generados por el fenómeno meteorológico conocido como "El Niño".