La vuelta de Sophia Loren en un encuentro salvador para dos vidas rotas
La vida ante sí devuelve a Sophia Loren a la pantalla con una historia de amor diferente
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14 de diciembre de 2020 a las 13:36
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Madama Rosa y Momo tienen algo en común. El horror, nada más y nada menos. El holocausto judío y la inmigración hacia Europa. La pérdida de todo, la indiferencia, la mirada desconfiada y degradante de los demás. Y el enojo, y la tristeza. La rabia.
Madama Rosa es una exprostituta que se dedica a cuidar a los hijos de las prostitutas que todavía están en actividad. Una hermandad que jamás se abandona. Ni siquiera cuando llega Momo a romper la aparente normalidad de “el refugio”, el lugar al que el niño nuevo decidió llamar “la pocilga”.
Sin embargo la pocilga de a poco será su hogar, aunque la llegada de Momo venga después de un robo, tenga la resistencia férrea inicial de la Madama, siga con la venta de drogas y parezca que nunca va a enderezarse.
Sophia Loren en sus ochenta y tantos es el reflejo más puro de la vida. Las arrugas sin ocultar, la dificultad para caminar, los ojos brillantes y hundidos, las manos añosas que abrazan la piel de seda del niño que creció en la tragedia y que finalmente será su compañero más fiel.
Y además de Loren, maravillosa, el niño que interpreta a Momo, Ibrahima Gueye, es fundamental en su rol. Es su mirada furiosa, o su sonrisa gigante, o todo él.
La historia se desarrolla en un pueblo portuario italiano y tiene además de unos paisajes bastante característicos del lugar, un elenco que en pequeñas apariciones le da el toque que necesita para ser lo que es, una historia pequeña pero con profunda sensibilidad. La vida ante sí no busca ser más que una historia de amor no romántico sino salvador. De amor trabajado, agradecido.
Sin embargo no estamos ante una de esas películas que idealizan el sufrimiento. Todo lo contrario. El sufrimiento está, el dolor y la tragedia están en la medida justa para contar la historia y para que los personajes convivan con ella. Pero no es una oda al sufrimiento. Es, quizás, solo una historia de dos personas que se cuidan. Como si fuera poco.
-Dirección. Edoardo Ponti
-Plataforma. Netflix
-Duración. 94 minutos
-Guion. Edoardo Ponti y Ugo Chiti, basada en la novela La vie devaint soi, de Romin Gary
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