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Más de 1.000 paquetes por hora: así funciona el Correo Uruguayo por dentro
Camiones que llegan, cajas, sobres y bolsas que se bajan en cajones, y otros que se suben al camión para empezar el recorrido. Nueve rutas que cruzan todo el país son las que pasan por ciudades y todas las localidades de más de 300 habitantes que hay en el país y que confluyen en la planta logística del Correo Uruguayo, ubicada en Pando, y por la que todos los días pasan más de 6.000 paquetes.
La antigua carta escrita a mano ya casi no se manda, pero el Correo Uruguayo realiza una actividad “sumamente vigente”, destacó Rafael Navarrine, presidente de la institución, a Café & Negocios. El oficio del cartero, lleno de expertise se mantiene activo, y con el desarrollo del comercio electrónico la empresa apuesta fuertemente a reconvertirse y a enfocarse a la paquetería.
La tecnología no es competencia, sino herramienta para el desarrollo. Eso queda de manifiesto en la planta logística en la que se une un trabajo manual como es ordenar y clasificar por zonas de entrega de sobres –principalmente de estados bancarios o facturas de organismos públicos– con el trabajo del sorter, una máquina clasificadora de paquetes que tiene la capacidad de ordenar 3.000 paquetes por hora.
Además de la cartería y la paquetería, el trabajo en la planta logística también se divide por origen y destino. En un predio de 10.000 m2, por un lado se trabaja con las entregas nacionales, por otro con los productos que llegan desde el exterior, y por otro, en lo que significa una innovación para el Correo Uruguayo, también se trabaja con medicamentos.
Entre las 20 horas y la medianoche se da el horario pico en la planta, porque llegan los camiones cargados, descargan y vuelven a cargar para salir.
La cinta del sorter se enciende y las cajas comienzan a desfilar, primero pasan por un escáner en el que se las fotografía, mide, pesa y procesa, eso ayuda a determinar la tarifa de envío. El código de barras puesto en el paquete se lee y el sorter redirecciona el paquete a una de las rampas.
De un lado están las rampas divididas por zonas del país, del otro lado por localidad. A los pies de cada rampa esperan los pallets donde los trabajadores deben apilar los paquetes, y así, ordenados, están prontos para ser cargados. El ruido que emite el sorter hace eco en el gran lugar en el que trabajan 136 empleados.
La máquina, que cuenta con tecnología alemana, tiene una capacidad de clasificación de 3.000 paquetes por hora, pero en el lugar no se le exige hasta el máximo y por hora pasan por la cinta 1.500 paquetes. Por el sorter pasan paquetes y cajas que no contienen objetos frágiles o que puedan romperse, tampoco sobres con cartas, esas se ordenan a mano, en lo que es un “trabajo muy metódico y artesanal”.
Muchos de los paquetes que llegan al Correo cuentan con un precinto de plástico que se saca y se desecha. Para evitar la contaminación y promover el cuidado medioambiental, el Correo Uruguayo trabaja en conjunto con una organización de Solís de Mataojo a la que dona los precintos y donde estos son reciclados para hacer diferentes objetos como, por ejemplo, muebles.
Oficio tradicional
Todas las entregas de la parte de cartería están a cargo de los carteros, tradicional oficio que sigue vivo. Cerca de 700 de los 1.500 trabajadores del Correo Uruguayo desarrollan esa tarea en diferentes puntos del país.
Seleccionar sobres es un trabajo que precisa de una expertise que solo lo da el tiempo y la experiencia, destacó Elena Cernuschi, jefa de la planta logística. Los sobres que llegan a la planta logística se reordenan según “distritos”, una división territorial a donde se envían ya preclasificados a los centros zonales, desde donde salen los carteros a repartir todos los días.
Además de las cartas y los paquetes nacionales, en el Correo Uruguayo se trabaja con paquetes internacionales, aquellos que llegan directamente a la planta logística desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco. Por ejemplo, las compras que se realizan por internet llegan primero a la planta de logística, donde se estudian por parte de un equipo de la Dirección Nacional de Aduanas que trabaja en la planta.
El Correo Farma
En lo que es una apuesta para el Correo Uruguayo, recientemente comenzó Correo Farma, una iniciativa de Correo por la que se reparten medicamentos. En lo que es hasta ahora un plan piloto se comenzó a trabajar en acuerdo con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en Canelones.
En la planta logística se cuenta con salas refrigeradas a donde los laboratorios pueden enviar mercadería. Allí, trabajadores hacen un stock y un inventario y luego se reparten los medicamentos.
En uno de los extremos de la planta, el área de Correo Farma trabaja ahora solo con medicamentos para ASSE, pero el objetivo es expandirse y poder trabajar también con privados.
“Para nosotros es una ventaja comparativa porque es un nicho de mercado nuevo que el Correo no tenía y ahora lo tiene. Estamos muy conformes y contentos”, sostuvo el presidente del Correo.
