Diego Battiste

Partido Socialista acentúa giro a la izquierda y le tira un guiño al movimiento sindical

Con Gonzalo Civila como secretario general y Daniel Olesker como cabeza al Senado, el histórico partido defenderá con "fuerza" cambios tributarios y salariales

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27 de marzo de 2019 a las 15:22

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El mensaje de los votantes socialistas fue claro. Si hace tres años, aún con la elección de la senadora Mónica Xavier como secretaria general, el Partido Socialista ya había vivido un avance de las corrientes más izquierdistas dentro del sector, la tendencia volvió a acentuarse en las elecciones de este domingo con la victoria del diputado Gonzalo Civila como líder del partido y del exministro Daniel Olesker como cabeza de lista al Senado.

Civila, representante del ala volcada más a la izquierda del partido –que algunos identifican como "ortodoxa", "removedora" o "garganista", por seguir la línea del excanciller Reinaldo Gargano–, venció por 203 votos al subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) Santiago Soto, representante de la corriente más moderada de la histórica colectividad –los llamados "renovadores"–, y más coincidente con la línea económica del gobierno. 

De un total de 2.276 sufragios, Civila obtuvo 1194 y Soto 991. Los votos en blanco sumaron 45 y los anulados 46. 

Civila celebró este miércoles en conferencia de prensa la "participación democrática" de los socialistas, valoró la renovación generacional –un tercio del Comité Central estará integrado por menores de 35 años– y saludó a Soto, con quien dijo haber logrado transitar una campaña "fraterna". 

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El diputado, que en su campaña reclamó un partido con posiciones más “jugadas” y “claras”, y abrir más la participación a las bases y las organizaciones sociales, adelantó su "compromiso con la clase trabajadora, con las mujeres que están luchando en los movimientos feministas, con los movimientos de la diversidad, con los movimientos ambientalistas, y los movimientos por derechos humanos y verdad y justicia". 

Además Civila pidió "a los medios de comunicación" que "dejen de etiquetar entre ortodoxos y renovadores" a los grupos internos de socialistas, ya que entiende que no hace justicia a la diversidad dentro del partido.

"Aquí venimos todos a renovar, y a renovar en serio", señaló. En entrevista con El Observador, Civila dijo que entre los socialistas “hay diversas corrientes” y que “no tienen nada que ver con ortodoxia y renovación”, ya que, según advirtió, esos “son motes para denostar a una de las partes” en base a una tipología que “copia” la vieja división del Partido Comunista.

“Es curioso que se le ponga el mote de renovador a una opción que está conduciendo el partido desde hace 15 años. Claramente si hay que procesar una renovación, a priori uno tendería a pensar que no va a venir desde el lugar de las mayorías de la dirección actual, que se han sostenido. No hay una percepción de la militancia de que ello haya significado un gran proceso de renovación o de cambio de partido”, decía el diputado días antes de la elección.

Parte del desafío que se plantea el nuevo secretario general es difuminar esa polarización que –bien saben en el partido– todavía persiste en muchos dirigentes. 

Darán otro impulso a propuestas programáticas
Tanto Civila como Olesker han resaltado que al Partido Socialista le faltó "fuerza" para "defender" definiciones programáticas acordadas en su interna, como el planteo para subir el salario mínimo a un valor de media línea de pobreza, aumentar el impuesto al capital y las grandes herencias y aplicar políticas activas de subsidios al empleo. "Ahora tenemos muchas herramientas legislativas, barriales y sociales para impulsarlo", dijo Olesker a El Observador.

Comité Central y Senado

Aunque Civila y los suyos tendrán mayoría en el Comité Ejecutivo del Partido Socialista –que se reúne una vez por semana y se ocupa del manejo político más inmediato–, otra será la circunstancia en el Comité Central, órgano deliberativo y con una participación mayor. En ese organismo, las listas del nuevo secretario general obtuvieron 28 cargos, mientras que las de Soto lograron 23. Sin embargo, a eso se le suman 19 representantes de las departamentales (por el momento con amplia mayoría "renovadora") y un asiento para la Juventud Socialista, también conducida por la corriente de Soto. Si bien no es seguro que los delegados se alineen siempre de acuerdo a la lista por la que fueron electos –ya que luego responden a su departamental–, los dirigentes "renovadores" entienden que el Comité Central puede llegar a ser un contrapeso que el nuevo liderazgo deberá contemplar. 

Además de volver a tomar las riendas del partido tras 13 años, el ala garganista también tendrá mayor peso en la lista al Senado, que será encabezada por el economista Daniel Olesker, asesor del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT y ministro de Desarrollo Social y de Salud Pública durante el gobierno de José Mujica. El domingo, los socialistas tenían para elegir entre dos nóminas a la Cámara Alta. La opción A, liderada por Olesker, obtuvo 1068 votos, mientras que la opción B, liderada por la secretaria general saliente Mónica Xavier, obtuvo 1002 votos (una diferencia de 66). En las anteriores elecciones de la Secretaría General, Xavier había vencido a Olesker por solo 23 votos. 

"No hay organización política en el Uruguay, lo digo no por camisetero, que resuelva la integración de su dirección y sus listas electorales como las resuelve el Partido Socialista", dijo Civila.

La forma de elegir los candidatos al Senado cambió respecto a las últimas elecciones. En ese entonces, los ganadores se llevaban los diez primeros puestos, y eso llevó a una nómina liderada por una de las corrientes. En 2014, el PS obtuvo dos bancas: Mónica Xavier y Daniel Martínez (sustituido por Daisy Tourné). 

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La lista 90 llevará ahora a Olesker en primer lugar, a Xavier segunda, a Liliana Queijo tercera, Julio Bango cuarto, Enzo Malán quinto y Daisy Tourné en el sexto puesto. 

Consultado por El Observador, Olesker aseguró que la victoria electoral "es un reflejo del trabajo acumulado en los últimos tres años" que implica un "salto importante" para su corriente. El exministro resaltó que pese a ser minoría, Xavier les otorgó muchas responsabilidades y pudieron "cogobernar" el partido "sin ser oposición, más allá de algunas diferencias". 

Sobre su eventual rol en el Senado, dijo sentirse "capacitado" para "construir" y "negociar" herramientas "fundamentales" como el Presupuesto, especialmente en un probable contexto de gobierno sin mayorías parlamentarias. Olesker dijo coincidir con Civila respecto a que "hablar de izquierda y derecha en el partido es un error". "A nosotros en todo caso nos distingue un mayor perfil social, de inserción en los trabajadores y las cooperativas; estamos menos institucionalizados y el gran cambio va a ser la apertura del partido hacia el trabajo más social y sindical", manifestó. 

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