Peppa Pig, ¿una mala influencia para los niños?

Los dibujos animados y la creatividad de los niños resurge en una nueva polémica al popular personaje

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01 de febrero de 2017 a las 05:00

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A pesar de la gran popularidad de Peppa Pig y su familia en el ámbito infantil, expertos consideran que el alto consumo de este tipo de producción animada puede ser perjudicial en la formación de los niños.

Según informó El País de Madrid, la psicóloga australiana Karen Phillip acusó a Peppa Pig de ser dañina para los niños. Ella explicó que "los niños están perdiendo la capacidad de desarrollar habilidades en empatía y leer el lenguaje corporal de otras personas porque ya no están en sintonía con él".


La psicoterapeuta afirmó que este tipo de dibujos pueden mermar el desarrollo de la imaginación de los infantes, lo que hace que no creen nuevos juegos e ideas por acostumbrarse a lo emitido en la pantalla. No obstante, este problema no ocurre si los niños interactúan bailando y cantando con sus padres mientras miran la serie.

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A través de la polémica que generó esta crítica, la terapeuta aclaró que su intención no fue apuntar a los efectos negativos de ver Peppa Pig, sino que, lo tomó de ejemplo para explicar las consecuencias del consumo de los dibujos animados en general.

Por su parte, Giuseppe Iandolo —psicólogo y doctor en Desarrollo Psicológico, Aprendizaje y Educación— dio su opinión al respecto para El País de Madrid. Para ello, se basó en la evidencia de la investigación clínica de Albert Bandura, profesor de Stanford y autor de la teoría del aprendizaje social.

"Los niños están perdiendo la capacidad de desarrollar habilidades en empatía y leer el lenguaje corporal de otras personas porque ya no están en sintonía con él".

Iandolo expresó que los dibujos animados son capaces de brindar oportunidades para el desarrollo infantil, cómo contribuir en el desarrollo lingüístico y narrativo o fomentar la capacidad de solucionar problemas. Sin embargo, agregó que "más allá de que los contenidos de un dibujo animado sean adecuados, su impacto en la educación del niño dependerá de otros factores, como el grado de implicación de los padres en compartirlos con ellos, explicándolos y supervisándolos".

TELE

El psicólogo aconsejó no tomar medidas radicales, ya que "no permitir que un niño vea dibujos animados por considerar a priori que son dañinos, podría perjudicarle en su sentimiento de adecuación y relación con sus amigos, y reclamará que todos los demás los ven y él no". La clave está en delimitar los tiempos y el tipo de dibujos, para fomentar otro tipo de actividades para el desarrollo infantil.

Según determinó Keith Gilbert en 1998, con su estudio sobre el impacto de los medios en niños de cinco y seis años expuestos a la televisión durante dos horas diarias, a esa edad no son capaces de distinguir del todo entre la ficción y la realidad. A partir de allí nace la preocupación de que las imitaciones de los personajes por parte de los niños tengan consecuencias negativas.

En cuanto a la identificación con los personajes, Iandolo opinó que lo fundamental no es preocuparse por cuánto tiempo se exponen al televisor, sino a qué se exponen. Lo ideal será que las conductas de los personajes sean más positivas que negativas. Es decir, que la agresividad no demuestre beneficios y se valore el esfuerzo y las soluciones.

Por ello, el experto dijo que no hay que obsesionarse con este tema, pero se debe distinguir entre el entretenimiento, la mala educación y las conductas delincuenciales.

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