Personas privadas de libertad producirán papa para consumo en centros penitenciarios

Esas personas, se explicó, serán capacitadas y la producción permitirá abastecer a centros de reclusión.

“Se necesita de trabajo y educación para transitar caminos de rehabilitación”, afirmó el ministro Jorge Larrañaga, en el acto de presentación del acuerdo.

En la firma del convenio, en la sede del Ministerio del Interior, participaron además el titular del MGAP, Carlos María Uriarte, y representantes de la Ansepa, entidad que nuclea al 90% de los productores del país.

El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), por su parte, nuclea a 26 establecimientos en todo el país, con una población de 12.700 internos que consumen 600.000 kilos de papa por año.

El acuerdo permitirá que quienes participen en este proyecto se formen en el desarrollo del cultivo.

El plan abarca 1,5 hectáreas y posibilitará que esas 46 personas trabajen en forma alternada por unos cuatro meses.

La producción se realizará en las instalaciones de la unidad Nº 2, chacra de San José, del INR.

Larrañaga valoró la iniciativa porque permite avanzar en acciones interinstitucionales y también ayuda a los internos a vencer el ocio, las adicciones y la violencia, a la vez que construyen respuestas de autosubsistencia alimentaria para los centros carcelarios.

Uriarte recordó que la zona aledaña a la ciudad de Libertad es considerada la capital de la producción de papa en Uruguay y que el 90% del área dispone de sistemas de riego.

Añadió también que la Ansepa colaboró con 60.000 kilos del producto durante la pandemia, para distribuir en diferentes ámbitos y que gente con dificultades mejore su alimentación.