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Qué tipo de flexibilidad puede adoptar la DGI con los comercios golondrina en temporada
La próxima temporada de verano será muy diferente a cualquier otra del pasado. Aunque en el último tiempo el sector turismo se acostumbró a convivir con los vaivenes de las economías vecinas, las restricciones impuestas por la pandemia cambian los planes por completo. Será un verano de fronteras cerradas y con el turismo interno como único motor.
En ese contexto, el subsecretario de Economía y Finanzas, Alejandro Irastorza mencionó esta semana la posibilidad de flexibilizar las fiscalizaciones que se realizan en la zona costera sobre la actividad de los comercios zafrales o denominados “golondrina”, que operan únicamente en temporada y que no tienen una antigüedad mayor a dos años.
¿Qué tipo de flexibilización podría aplicar la DGI? Consultado por El Observador respecto a si los controles podrían ser menos rigurosos el socio de Tax & Legal de Deloitte Juan Bonet respondió: “Seguramente puede pasar que la administración no dedique tantos recursos a fiscalizar una temporada que va a ser magra. Eso puede llegar a pasar”.
De todas maneras, consideró como más probable que la flexibilización se aplique por la vía de los anticipos de impuestos. Ese adelanto se le pide a los comercios cuando empieza la zafra estival a modo de garantía y debe constituirse en un plazo de 15 días a partir que es exigida. Luego se hace una liquidación al final de temporada.
“Hay que ver si la flexibilización viene por el lado de si se les exige un anticipo o se les exige un anticipo menor. Porque claramente el anticipo puede generar un perjuicio financiero para alguien que está realizando una actividad y que posiblemente espera menos visitantes este verano”, indicó el tributarista.
El monto de esos adelantos que se cobran se estima en función de las ventas de cada rubro y el tamaño del comercio. Según explicó el abogado, hay distintos criterios. Por ejemplo, en algunos casos se toma en cuenta el antecedente del contribuyente en temporadas anteriores. “Está bastante regulado. (…) A veces la regulación dista de cómo lo termina aplicando la DGI en el caso concreto”, explicó Bonet. Un cambio en los adelantos de impuestos puede implementarse por la vía de un decreto del MEF o de una resolución de DGI.
Para los comercios que solo abren en verano, pero que ya tienen cierta antigüedad el criterio de fiscalización es distinto. En esos casos no se solicita la garantía y se envía una comunicación a sus propietarios donde se estima la facturación que pueden tener en temporada. La diferencia es que el fisco tiene la historia reciente del contribuyente como apoyo y puede determinar el nivel de riesgo que puede existir respecto al cumplimiento de las obligaciones tributarias. Cumplido los plazos se controla que los pagos estén dentro de los parámetros esperados.
Al inicio de cada temporada también se formalizan clausuras como resultado de los controles realizados en la temporada pasada. Comúnmente el cierre del comercio se realiza casi un año después del operativo que detectó la infracción, debido al tiempo que lleva el proceso en la Justicia para autorizar la clausura. Cuando se incumplen normas formales de facturación la clausura se puede extender en general de uno a seis días según la gravedad del caso. Cuando la empresa es reincidente la sanción puede ir hasta 30 días.
