Existen hasta 16 enfermedades comunes en todo el continente americano que se pueden prevenir con vacunas.
Mientras los adultos generan anticuerpos a lo largo de su vida, los bebés y los niños menores de 6 años forman parte del grupo más vulnerable a las infecciones.
Lo ideal es que haya vacunas disponibles para toda la población. Sin embargo, dado que el abastecimiento es limitado, los más pequeños suelen tener prioridad en los servicios de salud.
"Los niños reciben la mayoría de las vacunas durante los primeros meses de vida porque es muy importante que queden inmunizados lo antes posible", explica el doctor David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Y es que, este grupo de la población debería recibir hasta 49 dosis de vacunas ante de cumplir los 6 años si tenemos en cuenta no sólo la primera dosis sino las de refuerzo.
Las infecciones que previenen las vacunas son más frecuentes y graves en los dos primeros años de vida.
Hay que tener en cuenta también que la administración de varias vacunas a la vez no tiene efectos negativos para el sistema inmunitario del niño, dice la Organización Panamericana de la Salud.
Por tramos de edad, así deberían recibir los niños la primera dosis de esta vacuna:
Esta es la lista de enfermedades comunes que previenen las vacunas según el Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias de Estados Unidos y que justifican una vacunación temprana en niños:
Esta triple vacuna ataca a tres enfermedades potencialmente mortales, dos de ellas relacionadas con el aparato respiratorio.
La difteria forma una capa espesa en la parte posterior de la nariz o la garganta que puede causar dificultades para respirar o tragar.
Por su parte, el tétanos causa una dolorosa rigidez muscular, mientras que la tosferina es una infección respiratoria muy grave.
Son afecciones causadas por bacterias llamadas neumococos. A menudo son leves, pero pueden causar síntomas graves, discapacidad de por vida o la muerte.
La neumonía está dentro de este grupo.
El nombre médico de la vacuna es haemophilus influenzae tipo b (Hib).
El tipo más común de enfermedad por Hib es la meningitis, que es inflamación del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal.
Las enfermedades de este grupo son muy graves.
Es una enfermedad del hígado grave causada por un virus.
Puede complicarse generando insuficiencia hepática, dolor en las articulaciones y trastornos de los riñones, del páncreas y de la sangre.
La hepatitis B puede ser muy grave.
La mayoría de las personas con ella pueden sentirse mal por unas cuantas semanas y hasta varios meses.
Las complicaciones pueden agravar la enfermedad provocando infección crónica del hígado, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
Los virus de la gripe infectan la nariz, las vías respiratorias superiores, la garganta y los pulmones.
Se transmite muy fácilmente por el aire o por contacto.
La complicación más grave es la neumonía, es decir, la infección en los pulmones.
También conocido como polio. Puede provocar parálisis de por vida y ser mortal.
Sarampión, paperas y rubéola
Esta triple vacuna, conocida como MMR, es una de las esenciales dentro de la cartilla de vacunación.
El sarampión es una enfermedad respiratoria grave (en los pulmones y las vías respiratorias) que causa un sarpullido y fiebre.
Es muy contagioso, dice el Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias.
La rubéola también se conoce como el "sarampión alemán". Si una mujer embarazada se infecta, el bebé en gestación puede desarrollar defectos de nacimiento graves o puede morir poco después de nacer.
Por último, las paperas pueden provocar a largo plazo encefalitis, sordera o inflamación de los testículos u ovarios.
Causa diarrea y vómitos intensos. Afecta principalmente a bebés y niños pequeños.
La diarrea y los vómitos pueden llevar a la deshidratación grave.
Es una enfermedad que causa un sarpullido con ampollas que pican y fiebre. Una persona con varicela puede tener hasta 500 ampollas.
La Organización Panamericana de la Salud estima que, gracias a las vacunas, se evitan de dos a tres millones de muertes al año.
"Aumentando las tasas mundiales de inmunización se podrían salvar otro millón y medio de personas al año", dice el organismo.
La respuesta inmunitaria a las vacunas es similar a la que se produce ante las infecciones naturales, pero tiene menos riesgos.
"Está comprobado que a pesar de la corta edad, la respuesta inmunitaria a las vacunas es muy buena y muy segura", dice el doctor Moreno.
Por ejemplo, las infecciones naturales por influenza, por el virus de la rubéola o polivirus pueden producir déficits cognitivos o defectos de nacimiento en el caso de la rubéola congénita y la parálisis reversible.
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