Tabaco y luz para luchar contra el alzhéimer
Un estudio chileno y otro estadounidense lograron avances para combatir esta enfermedad neurodegenerativa
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01 de junio de 2015 a las 01:04
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Dos investigaciones anunciadas la semana pasada arrojan avances para combatir el alzhéimer, enfermedad que padecen más de 15 millones de personas en el mundo.
La investigadora chilena Valentina Echeverría dio a conocer en Santiago su trabajo en una innovadora terapia para tratar el alzhéimer a base de cotinina, una molécula derivada del tabaco.
“La función principal de la cotinina en el organismo es aumentar la plasticidad cerebral, es decir la capacidad de las neuronas de comunicarse entre sí”, señaló a los periodistas Echeverría. La investigadora aseguró que el consumo de este derivado del tabaco no solo disminuye la enfermedad, sino que también aumenta la capacidad de memoria y aprendizaje.
Según la especialista, la cotinina es de fácil absorción, por lo que un anciano podría tomar una píldora al día y comenzaría a acumularse en el cerebro, algo clave para comenzar a aminorar los síntomas del alzheimer. La investigadora explicó que experimentos realizados por un equipo de la Universidad de Georgia, en EEUU, posteriores a los suyos, llegaron a las mismas conclusiones.
Uso de la luz
Por otro lado, científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) lograron reactivar la memoria perdida de ratones mediante luz, lo que ayuda a entender el mecanismo biológico de patologías como la amnesia, según un estudio publicado en la revista estadounidense Science.
Los investigadores debaten desde hace años sobre si la amnesia provocada por un traumatismo en el cráneo, el estrés o enfermedades como alzhéimer, se debe al daño de células cerebrales específicas que volvería imposible recuperar la memoria, o si el acceso a estos recuerdos es lo que presenta un problema.
“La mayoría de los científicos prefiere la teoría de la destrucción del almacenamiento de la información, pero esta investigación muestra que esto es probablemente erróneo”, estimó Susumu Tonegawa, profesor en el centro de investigaciones sobre el aprendizaje y la memoria del MIT y Nobel de Medicina en 1987. “La amnesia es un problema de recuperación de la memoria”.
Según los investigadores, si estos grupos de neuronas engramas son reactivados por una imagen, un olor o un sabor, toda la memoria grabada debería volver. Para demostrar la existencia de estas células de la memoria en el hipocampo del cerebro, este grupo de científicos usó la optogenética en los ratones, que consiste en añadir proteínas a las neuronas para permitirles ser activadas por la luz. Hasta entonces, no se había podido demostrar que este tipo de neuronas sufrían modificaciones químicas según un proceso llamado consolidación de la memoria.
Uno de los cambios clave se basa en reforzar las sinapsis, estructuras que permiten transmitir mensajes entre neuronas a raíz del aprendizaje y de la experiencia. (EFE y AFP)
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