Tres ejes para una cultura de innovación

El desafío arranca cuando no tenemos tanto de esto y queremos más. Hay que desarrollarlo. Pero como todo forzudo sabe, para levantar mucho peso, antes hay que muscular.

¡A ejercitarse!

Dicho muy básicamente la cultura es una manera de pensar y hacer las cosas que tiene una organización para alcanzar ciertos resultados. Es igual que un músculo. Si lo ejercito, crece. Si crece, levanta más peso. Si agrego peso, crece más. Y así.

Así que tengo que arrancar con algo chico, pero sostenido. En innovación puedo elegir un área delimitada, por ejemplo, la mejora en una línea de productos o servicios actual, introduciendo cambios sustanciales que sean visibles al cliente.

Puede ser algo relativamente poco ambicioso, que mi equipo pueda manejar; pero no puede ser un cambio meramente cosmético. Para ir construyendo Cultura de Innovación y musculando, durante ese esfuerzo tengo que desarrollar en paralelo tres temas: a) para dónde vamos, b) quién hace qué, c) qué herramientas vamos a usar.

Para dónde vamos

“Nuestro negocio ha sido exitoso los últimos años y hemos vendido e instalado nuestra maquinaria en todos los clientes principales. Para seguir creciendo, nuestros esfuerzos de innovación se centrarán en explotar nichos no atendidos y en usar la maquinaria instalada como fuente de nuevos negocios.”

De esto se trata la alineación estratégica de la innovación. Estamos llevando ideas nuevas al mercado con algún propósito específico. En este caso crecer en forma sostenible.

Puedo cambiar la dirección estratégica luego y redirigir los esfuerzos de innovación hacia otra área estratégica, por ejemplo el desarrollo de nuevos negocios en áreas adyacentes a las que conozco. Pero hoy tengo que tener una dirección.

Así que si quiero construir cultura de innovación, tengo que poder decir “ahora vamos a innovar para esto”.

Quién hace qué

“La encargada de Marketing lidera el proceso de innovación en su parte operativa, pero el líder del esfuerzo es el Gerente General. Hay un equipo de distintos departamentos que es responsable de avanzar los proyectos de innovación.”

Esto último puede tomar muchas formas: un Gerente de Innovación, un encargado del tema que lo comparta con otras tareas, o puede ser liderado por el dueño de la PYME. Tiene que estar claro y ser una función legítima y con el poder adecuado.

Nota: a veces es conveniente comenzar con un equipo chico y sin hacer mucha publicidad, y luego ir institucionalizando el esfuerzo a medida que logra tracción.

Determinar quién hace qué, y que sea sabido, es el segundo eje para construir una Cultura de Innovación.

Qué herramientas vamos a usar

Los involucrados tienen que aprender a desarrollar propuestas de valor, modelos de negocio, experimentos de innovación, y muchas cosas más. Algunas herramientas son de mentalidad, por ejemplo, sentirse más cómodo en un ambiente de exploración. Otras son más ejecutivas, por ejemplo, cómo trabajar con los clientes para generar ideas para innovar, o saber dar retroalimentación a una idea.

Innovar es un oficio y como tal, se aprende. Tiene sus herramientas y prácticas; sus listas de recomendaciones y sus listas de “nunca haga esto”. Evita a toda costa lanzarte a tratar de innovar pensando que lo que ya sabes hacer para administrar tu negocio es suficiente. No lo es. Es harina de otro costal.

Así que este es el último eje: la Práctica de la Innovación, donde se desarrolla el oficio.

Empieza chico, empieza con lo que tengas, empieza hoy. A levantar mancuernas y a entrenar, que todo musculoso tuvo su primer día en el gym, para construir tu Cultura de Innovación.