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Tu vecino, tu vigilante: videos caseros como pruebas

Las autoridades apelan al control ciudadano como forma de atenuar infracciones y delitos. Videos particulares serán usados por Unasev para aplicar la ley de faltas
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30 de mayo de 2015 a las 05:00
La idea de un Gran Hermano social en el que todos ven todo y en el que los propios ciudadanos son quienes controlan las acciones de los demás, cada vez parece más presente. La semana pasada, un conductor de ómnibus quedó en evidencia al ser filmado mientras conducía desde Florida a Montevideo por la ruta 5 y escribía mensajes en su celular; varias grabaciones denunciaban también la quema de contenedores. Otro video registrado por un particular y divulgado en redes sociales, en el que efectivos policiales y ciudadanos se agreden mutuamente mientras los primeros intentan incautarse de una motocicleta, alcanzó en unas horas más de 128 mil reproducciones.

El año pasado, dos casos de videos con contenido sexual filmados en Santa Teresa y Punta del Diablo, compartidos a través de Whatsapp, culminaron en procesamientos de los realizadores.

Con el avance de la tecnología se está permanentemente expuesto a ser filmado y a que ese contenido sea difundido a cada momento. Pero más allá de simplemente hacer conocido un hecho, los videos grabados por ciudadanos pueden utilizarse también como prueba para esclarecer delitos o infracciones, en una especie de control social en el que todos son policías o inspectores. Y es algo que las autoridades pretenden utilizar para ejercer un mejor control.

Siguiendo la experiencia llevada a cabo en Florida, la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) quiere ahora utilizar videos registrados por ciudadanos como prueba para hacer cumplir en Montevideo las normas de tránsito establecidas en la ley de faltas.

Según aseguró a El Observador el presidente de Unasev, Gerardo Barrios, dado que es imposible tener un inspector o policía de Tránsito siguiendo a cada conductor, se apelará al control social como forma de hacer cumplir esa norma. Las picadas son el objetivo principal de esta iniciativa, por la que Unasev pretende recepcionar y gestionar el material que graben los ciudadanos como control y prueba.

Además, se incluirán videos que registren las demás infracciones de tránsito tipificadas como falta, como el conducir un vehículo sin tener autorización; el hacerlo en "estado grave de embriaguez" –más de 1,2 gramos por litro de alcohol en sangre–; manejar al doble de la velocidad permitida, o viajar en moto sin utilizar casco.

La abogada de Unasev, Gaby Lencina, aseguró a El Observador que el objetivo no es registrar todos los procedimientos, sino las "faltas graves que ponen en riesgo la integridad de las personas". Para ello, las autoridades de Unasev se reunirán con jueces y fiscales en un intento de unificar los criterios que tomarán para recibir esos videos como prueba de infracciones, de forma que se den todas las garantías.

El video como testigo

"Los videos, como cualquier otra prueba, son bienvenidos", dijo a El Observador el vocero del Poder Judicial, Raúl Oxandabarat. Inclusive, desde el Poder Judicial se han hecho esfuerzos para que eso pueda ser posible, explicó, proveyendo a todas las sedes penales de la posibilidad de leer los videos "como una medida de mejora de la eficiencia de la actuación".

De hecho, luego de la divulgación en El Observador y en VTV de un video registrado por las cámaras del Ministerio del Interior que mostraba a un hombre agrediendo y rapiñando a otro, la Justicia cambió el fallo inicial, que había sido solo por lesiones, y le tipificó rapiña, por lo que el agresor fue a prisión.

"Si hay una norma que establece que no podés hacer algo, y lo hacés, y hay un elemento tecnológico que lo detecta, ese elemento sirve de prueba", aseguró Lencina.

En el mismo sentido, el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique, había dicho en abril al programa En la mira de VTV, que muchas veces el video es el único testigo cuando no hay otra persona o policía cerca del hecho delictivo y puede ser una prueba decisiva en el proceso, aunque de por sí "no es una prueba absoluta".

Para que un video, ya sea grabado por la cámara de seguridad de un domicilio o con un celular particular, sea utilizado como prueba en un proceso penal, no necesita cumplir con ninguna especificación técnica, sino que basta con que permita identificar con seguridad a la persona.

"Lo que el juez necesita es certeza", dijo el vocero del Poder Judicial, ya que frente a la duda –por ejemplo, si el video se ve muy borroso– no se puede actuar penalmente.

El uso de la tecnología, sin embargo, conlleva para Pérez Manrique un riesgo, y es "pensar que con la cámara se descubre el Gran Hermano que sustituye a la Justicia". Para él, si bien el video puede ser clave, se necesita de un expediente, y muchas veces aunque el video parezca mostrar una cosa, el juez puede fallar otra.

Seguridad y la intimidad

La exposición constante a las cámaras hace parecer que ya no se tiene intimidad. Sin embargo, por más que los videos muchas veces sean utilizados como prueba para resguardar la seguridad pública, todo tiene un límite, y es cuando eso afecta el honor o la privacidad de las personas. Algo entre lo que el juez debe buscar un equilibrio.

"No es que se pueda grabar todo sin ningún freno", explicó Oxandabarat, y agregó que debe hacerse una distinción que radica en el uso que se da a las imágenes. No es lo mismo que el video se utilice solo para esclarecer un hecho delictivo que si se divulga en las redes sociales o en los medios.

"Si se difunde en las redes y daña el honor de la persona, esta puede accionar legalmente y hacer recaer consecuencias penales o civiles", explicó el vocero del Poder Judicial.

Por su parte, la abogada de Unasev coincidió en la necesidad de analizar qué prima al ser filmado cometiendo una infracción. "Cuando estás en la vía pública, estás regulado por normas que preservan la seguridad de las personas o la seguridad vial, en las cuales el interés público o el bienestar general se puede ver cercenado", dijo.

En esos casos, como el de un video que muestra a una persona en una picada, no estaría en juego la privacidad.

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