Uruguay es un actor clave para la FAO por su colaboración en temas de enorme relevancia para el sistema, como son la agricultura familiar, las compras directas, la agroecológía, las semillas criollas, el secuestro de carbono en el suelo y la jardinería verde. Gracias a esas buenas prácticas, un uruguayo, el ministro de Ganadería Agricultura y Pesca Enzo Benech, va a presidir la Conferencia Mundial de la FAO, prevista en Roma del 22 al 28 de junio.
“Es el que va a proclamar el nuevo director general. Nosotros tenemos plena confianza en que el hará respetar las reglas democráticas de la organización”, expresó José Graziano da Silva, la autoridad máxima de la FAO.
Sobre el mediodía de este miércoles 5, Da Silva recibió la Medalla de la República Oriental del Uruguay en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en presencia de autoridades del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, así como representantes de la academia y de la sociedad civil uruguayas.
Da Silva explicó que la FAO es “una de las únicas organizaciones del sistema de las Naciones Unidas” en las que la elección se hace de forma secreta y con un voto por cada país donde China o India tiene el mismo voto que Uruguay o una isla del Caribe.
El director general viajó a Montevideo luego de participar en la apertura de la segunda reunión de las partes del Acuerdo sobre las Medidas del Estado Rector del Puerto, que inauguró el 3 de junio, en Santiago de Chile.
En ese sentido, Da Silva expresó que la FAO enfrenta “importantes desafíos” para los próximos años mencionando, entre ellos, que la alimentación sostenible y saludable es uno de los temas más delicados.
“Esas dos palabras resumen el desafío mayor que tenemos a futuro. Una producción de comida que sea sostenible –con un impacto lo menor posible para el medioambiente– y que sea también saludable. Que contribuya a una alimentación sana y nutritiva”, señaló.
En tanto, confesó que esto implica alterar muchos de los parámetros de la producción actual como un menor uso de químicos, con preferencia a no utilizarlos. Además hizo saber su preocupación por el creciente consumo de azúcar, sal y ácidos grasos saturados.
“Tenemos que evitar usarlas para salir la epidemia de obesidad que hoy nos afecta”, advirtió.
Fue así como relató que América Latina y el Caribe hoy tienen mucho más obesos que hambrientos. Según los datos que proporcionó Da Silva, son cerca de 820 millones de personas que sufren de hambre y hay un número equivalente de obesos.
“Hoy la obesidad está hombro a hombro con el hambre y, por la tasa de crecimiento que presenta, pronto la obesidad va a superar a los hambrientos”, dijo.
De hecho, desde el año 2015 en la región ya hay más obesos que hambrientos.
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