Luego de que la Policía sospechara que en una incautación de droga en San José había sobres con fentanilo y las pruebas lo descartaran, el secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), Daniel Radío, evaluó cómo podrán reaccionar los consumidores ante la nueva sustancia –la "droga zombie"–una sustancia que disparó el número de muertos por sobredosis en Estados Unidos y que es 100 veces más potente que la morfina.
De hecho, para Radío "es muy fácil" que el fentanilo ingrese a Uruguay "porque los volúmenes que se necesitan son muy escasos", debido a los efectos potentes de la droga.
"Cuando hablas de cocaína hablas de gramos, cuando hablas de morfina hablas de miligramos y cuando hablas de fentanilo hablas de microgramos", explicó en entrevista con El Observador. Por eso, el margen entre el consumo para generar el efecto y la sobredosis es mínima y la droga pasa a ser letal.
El secretario de la JND sabe que para los narcotraficantes este tipo de drogas es muy redituable: se precisan pocas cantidades para generar efectos y los márgenes de ganancia son grandes. Sin embargo, también consideró que el hecho de que la droga circule "no quiere decir que la gente la va a empezar a usar".
Y hay razones, según Radío, para creer que en Uruguay no va a existir un gran consumo de esta droga. El fentanilo es, como la heroína, un opioide que genera el efecto contrario a la cocaína. Es decir, en lugar de euforia, causa somnolencia. En Uruguay el mayor consumo es de cannabis, pasta base, cigarros y alcohol y el uso de la heroína es nulo.
Pero, a su vez, el perfil de los consumidores de drogas uruguayos prefiere inhalar o fumar y no inyectarse. "El fentanilo se puede usar de muchas maneras. Pero, es verdad que no hay hábito de uso de inyectable en Uruguay. De hecho, la heroína no se usa", señaló Radío.
Heroína / Fentanilo
En Uruguay el fentanilo es, junto a la morfina, el opioide más recetado y suministrado en los centros de salud para el tratamiento del dolor. Según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) en 2022 se consumieron 23.310,34 gramos de morfina y 341,42 gramos de fentanilo.
En Estados Unidos el fentanilo ilegal que se utiliza como droga ha tenido diferentes nombres en las calles como Apache, China Girl, China Town, Dance Fever, Friend, Goodfellas, Great Bear, He-Man, Jackpot, King Ivory, Murder 8 y Tango & Cash o heroína blanca.
¿Por qué el secretario de la JND prefiere decir que no es alarmante la llegada de fentanilo en Uruguay?
Por muchas razones. La primera, dice, es porque aun no se sabe si llegó al país. Segundo porque entiende que los usuarios tienen "cierta racionalidad". "El problema es la posibilidad de que se utilice adulterando otras sustancias para, a partir de ahí, generar la adicción, que los narcos puedan hacer eso y que entonces eso pudiera generar que la gente lo busque consumir, pero es improbable", aseguró.
Para Radío, las condicionantes sobre por qué una droga permea en una sociedad tiene, al menos, tres variables: la sustancia en sí misma, las personas y las circunstancias. En Estados Unidos, contó, existía la Oxicodona y el laboratorio que producía el fármaco ocultó las pruebas que demostraban que era adictivo. "Cuando el Estado empezó a controlar ya estaba presente la adicción" a los opioides, la misma droga que se usa para el fentanilo. "En ese caso confluyeron las tres condicionantes", consideró el secretario de la JND.
¿Cómo se produce?
La droga se produce de forma clandestina con el polvo de los comprimidos que se comercializa puro o combinado con otras drogas como heroína o cocaína. Sin embargo, también tiene presentaciones comerciales en aerosoles, inyectables y parches.
En general, los consumidores de la sustancia ilícita se inyectan el fentanilo, lo que produce un efecto contrario al de la cocaína, por ejemplo. En lugar de generar euforia, el fentanilo produce un efecto de relajación, alivio del dolor, sedación, confusión, somnolencia, mareos, náuseas, vómitos, retención urinaria, constricción pupilar y depresión respiratoria.
Los países que registraron el mayor consumo de fentanilo en el mundo en 2021 fueron Estados Unidos, Alemania y España.
Según el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de estupefacientes en España fueron consumidos unos 124,6 kg de esta sustancia, un 11,8% del total mundial.
