El próximo martes comenzará formalmente el debate de la ley de leyes en la Cámara de Diputados.
El Presidente Javier Milei presentó el Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación
En un clima tenso por el veto de la ley de financiamiento educativo y el impulso del oficialismo a la privatización de Aerolíneas Argentinas comenzará el próximo martes a las 14 el debate por el presupuesto 2025, el primero enviado por el Gobierno de Javier Milei.
En la antesala del comienzo de la discusión aparecen las primeras discrepancias entre el oficialismo y los bloques aliados. Por caso, Encuentro Federal, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, condicionó su apoyo al proyecto a que le ministro de Economía, Luis Caputo, exponga ante los legisladores. Sin embargo, por ahora, el Gobierno mantiene su postura y no da señales al respecto.
Desde el bloque oficialista se amparan en los usos y costumbres y señalan que el presupuesto ya fue presentado por el presidente, que es el rol que habitualmente tiene el ministro de Economía en el debate. Con esa instancia saldada no ven la necesidad de exponer a Luis Caputo ante los legisladores. Además, confían que, al margen de las posturas públicas, la mayoría de los opositores le dará la herramienta de diseño de política económica al Gobierno.
Si bien desde los bloques opositores, incluso Unión por la Patria, están predispuestos a darle el presupuesto al Gobierno, lo cierto es que tanto el veto de la ley de financiamiento educativo como la decisión de avanzar con la privatización de la aerolínea de bandera aporta una tensión que puedo detonar los acuerdos mínimos para que el Ejecutivo cuente con la aprobación del proyecto que marcará la hoja de ruta económica del año 2025.
Al cierre de esta nota en Unión por la Patria, el bloque opositor más nutrido, primaba la idea de no dejar al Gobierno sin presupuesto. La lógica apunta en primer término en evitar que se los sindique como responsables de las penurias económicas y la segunda tiene que ver no darle una extrema discrecionalidad al Ejecutivo que en caso de que se rechace el proyecto podrá prorrogar el presupuesto vigente y redefinir el uso de las partidas.
Más allá de eso, el próximo martes en el inicio del debate el bloque que comanda Germán Martínez volverá a insistir con la necesidad de que Caputo explique en detalle el presupuesto, en especial el recorte a las provincias anunciado por el presidente el 15 de septiembre en la presentación del texto que se llevó a cabo en el recinto de la Cámara baja.
A diferencia de otros proyectos el oficialismo espera contar con el apoyo casi total del PRO y la UCR, lo que más allá de los cuestionamientos de ala más dura de la oposición, lo dejaría en las puertas de darle media sanción al texto en Diputados sin demasiados inconvenientes.
En ese contexto, el oficialismo espera dar por terminado el trámite parlamentario en Diputados las primeras semanas de noviembre y así dejar el texto en condiciones de ser aprobado por el Senado antes de que concluya el año.
Más allá de los planteos públicos de los referentes del oficialismo respecto a su deseo de lograr la sanción del presupuesto. Desde el arco dialoguista señalan fuera de micrófono que la verdadera intención del Gobierno es que la oposición rechace el proyecto.
Para Paula Oliveto, diputada de la Coalición Cívica, esto desencadenaría un serio problema ya que la prórroga por dos años consecutivo del presupuesto se presenta reñida con la legalidad.
Las sospechas opositoras se acrecientan al calor de la información que surge del Senado. Ahí, en el territorio que gobierna políticamente la vicepresidenta Victoria Villarruel la actividad es intensa.
En ese marco, el último jueves se llevó a cabo una reunión en despacho de la vicepresidenta. Participaron Eduardo Vischi, presidente del bloque de senadores de la UCR; Carlos Espínola, titular del flamante interbloque “Provincias Unidas”; el titular del bloque PRO, Luis Juez (Córdoba); y varios referentes del bloque libertario.
La excusa formal para el encuentro es la decisión del oficialismo de llevar las negociaciones en el Senado en paralelo con lo que suceda en la Cámara baja. Los tiempos apremian y el clima de fin de año no tolerará un ida y vuelta desgastante como el que se dio en el marco del debate por la ley bases.
Sin embargo, más allá de las intenciones de celeridad expresadas por el oficialismo, desde los bloques opositores sostienen que la dinámica planteada complicará aún más el trámite parlamentario ya que desde La Libertad Avanza sostienen que no avanzan con el dictamen en Diputados hasta que no este el visto bueno del Senado con garantía de aprobación en el recinto.