El Ejecutivo nacional lanzó un paquete de medidas para abordar la crisis energética y prevenir los cortes de electricidad durante los picos de demanda del verano, que fueron una constante preocupación en virtud del desfinanciamiento sufrido en los últimos años. Al presentar este plan, el Gobierno busca garantizar la estabilidad y seguridad en el suministro de energía para los ciudadanos, mitigando los efectos de la crisis en la zona.
En un comunicado emitido esta noche, se reveló que el plan de contingencia para la energía implica la implementación de varias medidas para garantizar la estabilidad en la zona. En particular, se ha previsto la importación de energía y potencia de Brasil en momentos de alta demanda, así como la negociación con Paraguay para ampliar los intercambios energéticos a través del complejo hidroeléctrico Yacyretá. Además, se diseñó un sistema de incentivos para fomentar la disponibilidad de generadores térmicos en momentos críticos.
En paralelo, el plan de energía incluye una serie de medidas para mejorar la eficiencia en el transporte y distribución de electricidad. En el ámbito del transporte, se prioritizará la disponibilidad de cuatro transformadores de reserva, lo que garantizará la estabilidad en la distribución de energía. Por otro lado, en el sector de distribución, se establecerá un sistema de gestión de reducción de demanda para los grandes usuarios, como industrias, que voluntariamente programarán su consumo eléctrico para momentos de baja demanda y serán remunerados por sus esfuerzos.
En el comunicado, se destaca que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), liderado por Eduardo Rodríguez Chirillo, ordenó a las empresas distribuidoras de energía en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), Edesa y Edesur, que presenten un plan de contingencia para sus nodos más críticos. Este plan deberá establecer medidas para atender a situaciones de emergencia y garantizar la estabilidad en el suministro de energía.
De acuerdo con el Plan Verano 2024-2025, el Gobierno nacional no contempla programar cortes de energía para los usuarios residenciales. En lugar de eso, se centrarán en otras acciones para garantizar la seguridad y estabilidad en el suministro de energía durante el período veraniego.
La Secretaría de Energía destaca que “estas medidas son imprescindibles por la crisis que vive el sector energético debido a la falta de inversión y mantenimiento en los últimos 20 años, que llevaron al sistema al borde del colapso”. “Por esta situación crítica, el Gobierno en el inicio de su gestión declaró la emergencia del sector energético nacional en todos sus segmentos: generación, transporte y distribución”.
Además, la situación se ve agravada por la parada técnica programada de la Central Nuclear Atucha I durante el verano, la situación hidrológica en Brasil y las previsiones de olas de calor extremas que generarán una demanda de energía de 30.700 MW, superando el pico histórico de 29.653 MW registrado en febrero del presente año.