La economía argentina experimentó una caída del 3,4% en el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este resultado se dio tras una contracción del 5,2% en el primer trimestre y un descenso del 1,7% en el segundo trimestre del año.
El informe del INDEC destacó que el Producto Bruto Interno (PBI) desestacionalizado, es decir, ajustado por factores estacionales, también registró una caída del 1,7% en el segundo trimestre respecto del primero. A pesar de que las bajas continuaron, el ritmo de contracción se desaceleró levemente en comparación con los primeros tres meses del año, lo que permite a algunos analistas señalar que la economía podría haber tocado un piso.
Entre los sectores más afectados se encuentran la construcción, que cayó un 22,2% interanual, la industria manufacturera, con un descenso del 17,4%, y el comercio mayorista y minorista, que retrocedió un 15,7%. Estos sectores fueron golpeados por la retracción del consumo interno, en gran parte provocada por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. La construcción, además, se vio afectada por el freno en la obra pública, una medida tomada por el gobierno para reducir el déficit fiscal.
En lo que respecta a la demanda agregada, la Formación Bruta de Capital Fijo (inversión) mostró el peor desempeño, con una caída del 29,4% interanual en el segundo trimestre. El consumo privado retrocedió un 9,8% y el gasto público un 6%.
Por otro lado, la agricultura, ganadería, caza y silvicultura fue el sector con mejor desempeño en la economía argentina durante el primer semestre, con un crecimiento del 81,2% interanual. Este notable incremento se explica en parte por la baja base de comparación, debido a la fuerte sequía que afectó al país en 2023. A pesar de esto, el crecimiento del sector agrícola permitió amortiguar parcialmente el impacto negativo de los sectores en caída, aportando 5,09 puntos porcentuales al PBI.
Otros sectores que lograron resultados positivos fueron la pesca, con un crecimiento del 41,3% interanual, la minería, que aumentó un 6,6%, y los servicios de electricidad, gas y agua, que crecieron un 2,8%. Estos sectores se beneficiaron de factores externos y de la recuperación de la producción luego de las restricciones impuestas en años anteriores.
Las exportaciones, por su parte, tuvieron un alza del 31,4%, mientras que las importaciones cayeron un 22,5%, contribuyendo a reducir el impacto negativo del enfriamiento del mercado interno. Este comportamiento comercial reflejó un ajuste en el consumo de bienes importados y una mayor demanda de productos nacionales en el exterior.
Perspectivas para el resto del año
De cara al futuro, las proyecciones de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) coinciden en que la economía argentina finalizará 2024 con una contracción cercana al 3,2%. De los cuatro organismos consultados, el BBVA arrojó la previsión más negativa, proyectando una caída del 4%, mientras que el Banco Mundial y el FMI estimaron una contracción del 2,8%, y la Cepal calculó una baja del 3,1%.
A nivel local, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central indica que los analistas privados esperan una contracción del 3,8% para todo el año. Esta cifra refleja un deterioro en las expectativas respecto de comienzos de año, cuando se preveía una caída del 3%. La percepción de los expertos se ha vuelto más pesimista con el correr de los meses, reflejando el impacto de la inflación y la desaceleración de la actividad económica.
El informe de expectativas de los analistas locales y los datos del INDEC sugieren que, aunque las cifras del segundo trimestre muestran una desaceleración en la caída, no se espera una recuperación significativa en el corto plazo. La desaceleración en sectores clave como la construcción, la industria y el comercio sigue afectando el crecimiento, mientras que la inversión, el consumo privado y el gasto público también continúan en terreno negativo.
En cuanto a los primeros meses del segundo semestre, algunas señales iniciales fueron positivas. En julio, por ejemplo, la producción automotriz creció un 47,5% respecto de junio, mientras que los despachos de cemento aumentaron un 17,2% y el crédito al sector privado creció un 13,1%. Sin embargo, agosto mostró un retroceso en varios indicadores clave, como la producción automotriz, la construcción y el consumo de energía por parte de grandes usuarios industriales, según un informe reciente de la Unión Industrial Argentina (UIA).