19 de diciembre 2025 - 9:51hs

“Es un triunfo de la CGT, la frase sale de la boca de todos los dirigentes que se animan a contestar el teléfono tras la demostración de fuerza que llevó a cabo la central obrera en Plaza de Mayo para enfrentar la reforma laboral.

Patricia Bullrich, titular del bloque libertario y abanderada de la reforma laboral que impulsa el Gobierno, claudicó en vivo y casi en cadena nacional. “Vamos a dejar el dictamen abierto y nos vamos a volver a juntar el 10 de febrero”, sentenció y le intentó dar un marco digno a la postergación de una derrota parlamentaria inevitable.

La potencia de la manifestación que organizó y llevó a cabo la CGT explica parte del fracaso oficialista, pero no todo. Las negociaciones subterráneas del flamante triunvirato de la CGT con los gobernadores y el diseño de una estrategia judicial robusta completan el combo para la obturación de un debate exprés.

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Victoria de la CGT

“Es una victoria de la CGT, no sólo por la movilización sino por el trabajo que se hizo en paralelo con los bloques del Congreso y los Gobernadores”, detalló de manera sucinta Andrés Rodríguez, titular de UPCN, tras el anuncio de Bullrich y ante la consulta puntual de El Observador.

Los pormenores de las negociaciones se mantienen en reserva, pero los resultados están a la vista. Según pudo reconstruir El Observador, Jorge Sola y Cristian Jeronimo, dos de los flamantes triunviros de la CGT, fueron los encargados de poner a disposición de los gobernadores y sus representantes en el Parlamento la mirada de la central obrera.

Fuera de micrófono los dirigentes sindicales aseguran que el trabajo silencio dio sus frutos y que tenían en sus alforjas los nueve votos necesarios para sumar a los 28 de Unión por la Patria y bloquear buena parte del articulado de la reforma que impulsa el gobierno de Javier Milei.

Ante ese marco, el anuncio de Bullrich no sorprendió. Con los pies sobre la tierra los dirigentes entienden que desde ahora se puede abrir un canal de diálogo con el oficialismo. Más allá de eso, ven lo sucedido como un pequeño triunfo ante una situación que tras el resultado electoral de octubre se veía como consumada.

Los errores del Gobierno

En el análisis fino de las razones por las cuales el Gobierno decidió levantar el pie del acelerador, desde la CGT enumeran: la inevitable judicialización de un proyecto deficientes, la falta de pericia para construir acuerdos, y la soberbia con la que intentaron imponer el debate.

“Hay una serie de errores no forzados de ellos que también hacen que esto termine así”, explicó uno de los asesores de la CGT que llevó el pulso de las charlas entre los dirigentes sindicales y los legisladores.

En ese marco, desde la CGT también marcan un rumbo de cautela. Entienden que el debate se dará igual, pero que las condiciones serán distintas. Por eso, la línea que emana del seno del Consejo Directivo tiene que ver con no dar por ganada la batalla.

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