Los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) se reunieron este jueves en el Palacio San Martín, en Buenos Aires, con el objetivo de ajustar la estrategia regional ante un contexto económico global inestable. En ese marco, acordaron ampliar de manera temporal las listas nacionales de excepciones al Arancel Externo Común (AEC) hasta 50 códigos arancelarios por país.
La decisión fue formalizada a través de un comunicado conjunto de las Cancillerías, en el que se instruyó a los gobiernos a implementar la medida según sus procedimientos internos y avanzar en su discusión en la próxima reunión del Grupo Mercado Común, programada para los días 23 y 24 de abril, antes de un nuevo encuentro de cancilleres el 2 de mayo.
Según explicaron los diplomáticos, la ampliación busca brindar herramientas flexibles a los Estados parte para responder a la crisis que se profundizó tras la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a varios socios comerciales, lo que generó una nueva escalada de tensión con China.
En este contexto, la Argentina —que ejerce la presidencia pro tempore del bloque— ya cuenta con 100 productos exceptuados del arancel común, lo que abre la puerta a reducir tributos de importación para aliviar el impacto de las medidas impulsadas por la administración de Donald Trump. En línea con esa estrategia, el presidente Javier Milei se ha expresado a favor de avanzar con esa flexibilización. Otros países, en cambio, podrían usar el mismo instrumento para aumentar aranceles y proteger su producción local.
Hacia una modernización del bloque común
El Arancel Externo Común es un régimen de tarifas unificado que se aplica a las importaciones extrazona. Cada país miembro puede establecer una lista acotada de excepciones, que se revisa semestralmente y puede incluir hasta el 20% del total de ítems arancelarios. Estos mecanismos permiten ajustar políticas a las necesidades internas sin romper la lógica común.
“La ampliación de las excepciones al AEC es una herramienta válida para proteger sectores sensibles y mejorar la competitividad de los productos del Mercosur”, señala el texto difundido por la Cancillería argentina. Si bien no se detallaron los criterios que se utilizarán para seleccionar los productos que se beneficiarán con esta medida, fuentes diplomáticas confirmaron que cada país aplicará sus propios sistemas de evaluación y consulta interna.
Además de los temas arancelarios, los cancilleres ratificaron su voluntad de impulsar una modernización integral del Mercosur, que contemple aspectos comerciales, reglamentarios, tecnológicos y de infraestructura. Este proceso será debatido en las reuniones técnicas de abril y también en la Cumbre de Presidentes, prevista para julio, durante la LXVI Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común.
“El actual contexto internacional exige respuestas rápidas y coordinadas”, aseguraron los ministros. En ese sentido, destacaron que el bloque necesita adaptar sus instrumentos para tener una política exterior proactiva y posicionarse mejor ante otros actores globales.
Avances con Singapur y la Unión Europea
En el frente externo, los cancilleres celebraron la firma del acuerdo con Singapur y la finalización de las negociaciones con la Unión Europea, dos procesos que llevaban años en curso. También reafirmaron la prioridad de avanzar con EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio) y Emiratos Árabes Unidos, con el objetivo de concluir ambas tratativas antes de julio.
El anfitrión del encuentro fue el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Gerardo Werthein, quien recibió elogios de sus pares por la organización y el clima de trabajo. “Los ministros visitantes agradecieron a Werthein por la convocatoria y el ambiente propicio para el diálogo abierto”, señalaron fuentes oficiales.
El objetivo inmediato es preparar los consensos necesarios para la cumbre de mitad de año, en la que se esperan definiciones clave sobre el rumbo del bloque.