23 de diciembre 2025 - 8:08hs

Durante el fin de semana en la Casa Rosada hubo un cambio de postura, sobre todo del jefe de Estado, tras el impacto positivo que tuvo en los mercados la media sanción en Diputados. El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, fue el primero en enfrentar a Javier Milei y contradecirlo con su intención de vetar el Presupuesto 2026. Esa tesitura, con el correr de los días fue tomada y replicada por el resto del gabinete.

El Gobierno no introducirá cambios en el Presupuesto 2026 que aprobó Diputados

En ese contexto el encuentro de este lunes de la mesa política de LLA, que encabezó la secretaria General, Karina Milei, y contó con la presencia del jefe de Gabinete, Manuel Adorni; del ministro del Interior, Diego Santilli; del titular de Diputados, Martín Menem; de la jefa de bloque del oficialismo en el Senado, Patricia Bullrich; el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Ignacio Devitt, decidió que era un error intentar hacerle cambios al proyecto que se votará el viernes en el Senado.

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Milei ASADO
El Gobierno aceptó el pedido de sus aliados de no hacer cambios en el Presupuesto 2026.

El Gobierno aceptó el pedido de sus aliados de no hacer cambios en el Presupuesto 2026.

El cierre de año de Javier Milei con un asado en Olivos

"Un mal presupuesto aprobado es mejor que no tener presupuesto", remarcó otro integrante del encuentro de la mesa política de LLA. Esa premisa se trasladó al encuentro de fin de año en Olivos en donde Javier Milei volvió a reiterar la necesidad de encarar en febrero la agenda de reformas que se plantearon como la laboral y la fiscal.

El asado funcionó como instancia de control de daños. Según reconstruyó este medio, Milei insistió ante los presentes en que el Presupuesto 2026 “no es perfecto” pero representa una herramienta para sostener el relato de equilibrio fiscal y, al mismo tiempo, darle al mercado una señal de continuidad.

En el oficialismo admiten que la derrota del capítulo 11 en la Cámara Baja dejó cicatrices internas: expuso fragilidades de coordinación, abrió una ventana para que la oposición mida fuerzas y obligó a recalcular el método de negociación con gobernadores y bloques “dialoguistas”. En Olivos, la orden fue clara: menos épica y más pragmatismo para no regalarle a la oposición una nueva oportunidad de exhibir poder.

Milei
El Gobierno aceptó el pedido de sus aliados de no hacer cambios en el Presupuesto 2026.

El Gobierno aceptó el pedido de sus aliados de no hacer cambios en el Presupuesto 2026.

La Libertad Avanza afina el lápiz en el Senado por el Presupuesto 2026

El operativo de acá al viernes quedó bajo la coordinación política de Santilli, Menem y Bullrich, con Karina Milei como supervisora del poroteo fino. La instrucción a los senadores propios y aliados fue no habilitar “inventos” ni concesiones adicionales que alteren el texto. El Gobierno cree que cualquier cambio, por menor que sea, habilita una negociación interminable y reabre la puerta del capítulo que ya les explotó en la cara. La hoja de ruta es aprobar, celebrar y cerrar: foto de fin de año con una ley de Presupuesto, y después sí, volver a discutir poder.

El contraste con la semana anterior fue notorio. En el asado hubo bromas, chicanas internas y la típica escena de fin de año, pero el mensaje final fue de cierre de filas. Milei reiteró que la agenda fuerte llegará en febrero, con sesiones extraordinarias y el paquete de reformas que el oficialismo prepara como “segunda ola”: laboral, fiscal y una serie de cambios regulatorios que la Casa Rosada considera necesarios para consolidar el modelo. Esa hoja de ruta, según el Gobierno, necesita un punto de partida básico: un Presupuesto aprobado que sostenga el ancla del superávit y le permita ordenar prioridades en un año que anticipan más áspero en el plano político.

Patricia Bullrich y "Bertie" Benegas Lynch en Diputados.
El Gobierno aceptó el pedido de sus aliados de no hacer cambios en el Presupuesto 2026.

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En el entorno del Presidente aseguran que el razonamiento es doble. Por un lado, con el Presupuesto 2026 aprobado, Milei evita que la oposición lo acuse de gobernar “a decreto” y achica el margen de litigio institucional. Por el otro, se compra tiempo para encarar las reformas con un clima económico menos volátil. "La pelea grande es la que viene. Pero para llegar a esa pelea tenés que terminar el año sin incendios”, sintetizó una fuente al tanto de las conversaciones.

De cara a la sesión del viernes, el Gobierno prepara una puesta en escena austera pero efectiva. No habrá, por ahora, un despliegue de celebración anticipada: el oficialismo aprendió que en el Congreso no se festeja antes de tiempo. Pero sí habrá una operación política intensa para sostener la disciplina de los aliados y evitar sorpresas. En la Casa Rosada repiten que la principal victoria no será el articulado, sino la señal: Milei consigue su Presupuesto, ordena la discusión y se encamina a 2026 con la promesa de que las reformas estructurales se debatirán con una estrategia parlamentaria menos voluntarista y más quirúrgica.

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