El empresario Lázaro Báez fue condenado este lunes a cuatro años y medio de prisión por lavado de activos agravado en relación a la compra del campo "El Entrevero", de 152 hectáreas en José Ignacio, Uruguay, en un fallo en el que además ordenaron decomisar unos USD 15 millones, el precio pagado por el campo y por otro terreno en la zona del Faro de San Ignacio, valuado en 320 mil dólares. Báez, un hombre del círculo íntimo del matrimonio Kirchner, ya acumulaba condenas por 19 años y seis meses.
La compra del campo "El Entrevero", ubicado entre José Ignacio y La Barra, se hizo por unos USD 14 millones. El juicio que terminó con la condena este lunes apuntó al blanqueo de capitales a través de la compra de propiedades en Argentina y en el extranjero, entre los que incluyó a "El entrevero" y el otro terreno de la zona del faro de José Ignacio.
Lázaro Báez y "El Entrevero": una compra millonaria que le costará 4 años y medio de prisión
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El juicio comenzó el pasado 29 de febrero y a lo largo de las audiencias declararon 27 testigos.
Según logró determinar la Justicia argentina, el financista Leonardo Fariña estableció contacto con la inmobiliaria encargada de una porción del terreno con la intención de desarrollar un proyecto inmobiliario. En 2011, esta transacción se materializó a través de la empresa Traline SA, con sede en Uruguay y dirigida inicialmente por Maximiliano Acosta, sucedido posteriormente por Maximiliano Goff Dávila, ambos también condenados.
Con el tiempo, la propiedad del campo pasó a manos de otra entidad, Jumey SA, presidida por el contador Daniel Pérez Gadín, antiguo propietario de la financiera "La Rosadita", asociada a los negocios de Báez y trístemente célebre por los videos en los que se veía al hijo de Báez, Martín Báez, contando 5 millones de dólares y tomando whisky.
Acosta, Goff Dávila y Pérez Gadín figuran como cómplices de Báez en este proceso, al igual que Jorge Oscar Chueco y Osvaldo Ghutux. Todos ellos fueron condenados. Baéz fue condenado a cuatro años y medio y deberá pagar una multa tres veces mayor a lo que costaron las operaciones. Pérez Gadín fue condenado a cuatro años y a pagar la misma multa. Chueco fue condenado a tres años y seis meses, mientras que al "imputado arrepentido" Fariña –que colaboró información en la causa– lo condenaron por dos años y medio. Además, según La Nación, también se condenó a Goff Dávila por cinco años, al financista Santiago Carradori por cuatro años y medio, a Guthux por tres años y a Acosta por dos años y seis meses.
Lázaro Báez sumó una cuarta condena judicial
En junio, el empresario kirchnerista Lázaro Báez había recibido su tercera condena judicial, esta vez, a tres años y seis meses de prisión por haberse apropiado ilegalmente de aportes jubilatorios de su firma insignia Austral Construcciones y de otras compañías del emporio que el santacruceño montó al amparo del poder de los Kirchner.
Báez también fue hallado culpable, en febrero 2012, en la Ruta del Dinero K -por el que recibió una condena de 12 años, luego bajada a diez en otra instancia- y por la causa Vialidad, condenado a seis años de prisión en un juicio que también halló culpable a la expresidenta Cristina Kirchner.
"El Entrevero", un campo signado por los escándalos
La compra del campo en José Ignacio le costará a Lázaro Báez, además de los 14 millones de dólares que pagó y que la Justicia argentina ordenó decomisar, unos cuatro años y medio de prisión, según la condena emitida este lunes. Pero "El Entrevero", como se llama la propiedad de unas 152 hectáreas, esconde además una curiosa historia familiar anterior al escándalo de corrupción y de lavado de dinero de Báez que la salpicó.
Y es que la propiedad, ubicado en una exclusiva zona del departamento de Maldonado, con 800 metros de costa, fue parte de una disputa por la herencia de su anterior propietario, el empresario polaco Juan Kobylanski, fallecido en 2019. La disputa fue protagonizada por uno de los hijos de Kobylanski y su madrastra.
Kobylanski murió el 27 de marzo de 2019, a los 93 años. Había tenido una vida de película: combatió contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial y padeció de los campos de concentración. Una vez terminada la guerra, decidió migrar y, previo paso por Paraguay, terminó instalándose en Uruguay, adonde adquirió varios campos y ofició, en algún momento, como cónsul de Polonia.
A principios de los '80, Kobylanski hizo una venta simulada de "El Entrevero" a uno de sus hijos, Walter Kobylanski Brandhuber, lo que quedó en evidencia a raíz del juicio contra Lázaro Báez, que compró la propiedad en 2011.
Con la muerte de Juan Kobylanski en marzo de 2019, estalla el conflicto familiar por su la fortuna, estimada en unos 40 millones de dólares. La viuda de Kobylanski acusa a Walter Kobylanski Brandhuber de vender bienes de su padre que estaban a su nombre, entre los cuales se encuentan la estancia “El Entrevero”, por cuya compra acaba de ser condenado Báez.
La mujer le reclamó a su hijastro la devolución de los 14 millones de dólares que habría recibido del testaferro de Lazaro Báez, tras lo cual su hijastro contraatacó impugnando los testamentos que habría firmado Juan Kobylanski desheredando a sus dos hijos -el hoy demandante y su hermana que vive en Argentina-, algo que está prohibido por las leyes uruguayas. La demanda argumentaba que el testamento había sido firmado por el empresario polaco cuando ya “no gozaba del libre uso de la razón” -a raíz de una intervención quirúrgica que lo “desorientó”- y resultó víctima de “hechos nefastos y manipulaciones” realizadas por su madrastra.
Sin embargo, la mujer apuntada por los descendientes contestó que el fallecido empresario era capaz cuando escribió los testamentos. Citó varios ejemplos: mantuvo relaciones sociales (cumpleaños), trató negocios con su hijo y con terceros. Incluso llegó a promover un divorcio con ella, si bien finalmente desistió de esa idea.