La decisión tomada por el Gobierno de Javier Milei de terminar con la triangulación de los aportes patronales a las obras sociales avivó el fuego de la interna que se vive dentro de la CGT.
Los gremios más perjudicados, los más pequeños, en primera instancia pidieron que la central obrera interceda para que el Gobierno dé marcha atrás con su medida. El reclamo cayó en saco roto. La cúpula sindical decidió mirar para otra lado.
En este caso, la razón no tiene que ver con la sumisión ante las órdenes que emanan desde la Casa Rosada, sino que la pasividad se debe leer en términos de la política interna del mundo gremial.
Es decir, la medida solo afecta de manera contundente a aquellos gremios que hacen de la triangulación su recurso central para garantizar su supervivencia.
Los Gordos ven en la medida del Gobierno la posibilidad de extender su poder y doblegar a los gremios más pequeños que políticamente suelen alinearse con el sector más combativo del Consejo Directivo.
Más allá de las razones políticas y la vida interna de la CGT, lo cierto es que más de 30 gremios el lunes comenzarán a hacer sus presentaciones judiciales.
Algunos de los gremios que se ven afectado y que van a ir a la justicia, según pudo averiguar El Observador, son la Obra Social de Comisarios Navales, la Obra Social de Serenos de Buques, la Obra Social de Técnicos de Vuelo, la Obra Social Capataces Estibadores Portuarios, la Obra Social de Árbitros Deportivos de la República Argentina, la Obra Social de Capitanes de Ultramar y la Obra Social del Personal del Organismo de Control Externo, entre otras.
La última de esta lista, conocida como OSPOCE, hará su presentación el lunes con la firma de un importante abogado con experiencia no solo en el Poder Judicial sino también en el ámbito político.
Por su parte, dentro de la CGT están a la expectativa para saber cuántos gremios son lo que finalmente se presentarán ante la justicia. Y, desde ya, para ver cuáles son las resoluciones que tomarán los jueces al respecto.
Más allá de la atención que pongan a las presentaciones judiciales y su definición, los dirigentes de los gremios grandes sienten que llegó la hora de la revancha. En la década del 90 los grandes beneficiarios de la desregulación de las obras sociales fueron los gremios pequeños.
El mecanismo ideado por el menemismo les permitió acceder a fondos frescos de manera mensual sin tener en cuenta las ideas y vueltas del mercado laboral y la reducción de puestos de trabajo. Hoy, a raíz de esta medida, los dirigentes de los gremios más voluminosos sienten que “se hizo justicia” porque “en la década del 90 se robaron muchos afiliados”.
Así las cosas, la pasividad de la CGT se explica por su buena relación con el Gobierno, pero no solo por eso.