En la madrugada de hoy, un hombre fue asesinado de al menos cinco disparos. Tras intentar entrar a comprar a un kiosco de Recoleta a la 1 de la mañana, un sujeto se bajó de un auto estacionado al lado del negocio y lo acribilló.
Los agentes de la Policía de la Ciudad respondieron con celeridad al sonido del arma y se presentaron en el local ubicado en la calle Paraguay al 2900. Rápidamente rodearon el área y tomaron medidas para asegurar la escena del crimen. La División Científica, con su equipo especializado, se desplegó sobre la zona para recopilar pruebas y reconstruir los sucesos que llevaron a este brutal asesinato. El personal del SAME que se encontraba de guardia en el hospital Fernández fue convocado pero al llegar al lugar, constataron la muerte.
Una unidad especializada de la Policía Científica y oficiales de la Ciudad colaboraron en el lugar del suceso, llevando a cabo un registro minucioso y recopilando testimonios clave de testigos directos, incluyendo al propietario del kiosco y al menos una persona que presenció el episodio en cuestión.
La investigación descubrió que el crimen estuvo precedido de una exhaustiva recolección de información por parte del agresor, quien había estado estudiando los patrones de comportamiento del hombre cuya vida trágicamente cambió en ese instante. De acuerdo a testigos, el vehículo del que se bajó el agresor había sido visto en la zona durante los días previos, lo que sugiere que el autor había estado estableciendo un perfil de su víctima. La Policía encontró en el lugar cuatro vainas servidas, prueba palpable del intenso intercambio de disparos que ocurrió.
Por otro lado, los investigadores aún no lograron obtener información sobre la identidad de la víctima, un varón adulto, cuyo nombre y antecedentes personales son un misterio. La investigación reveló que la víctima recibió tres impactos de bala en la espalda, se desplomó en el suelo y murió. Sin embargo, el agresor no pareció interesado en esperar a ver el efecto de sus acciones, ya que abandonó la escena del crimen a pie. Afortunadamente para los investigadores, la zona cuenta con una red sólida de cámaras de seguridad, tanto en la cuadra donde ocurrió el crimen como en la vereda opuesta del local, lo que aumenta las posibilidades de capturar al autor del asesinato y traer justicia a la víctima y su familia.
La investigación del caso está siendo liderada por el fiscal Marcelo Roma, quien se centró en la identificación de la víctima durante la mañana del jueves. Mientras tanto, los expertos de la Policía Científica trabajaron sin interrupción durante toda la noche, recopilando pruebas y peritajes esenciales. Alrededor de las 7 de la mañana, las autoridades decidieron reabrir el tráfico en la zona, luego de asegurarse que el lugar del crimen estaba siendo procesado de manera adecuada.
Las pruebas recopiladas por la Policía Científica revelaron que uno de los proyectiles disparados impactó directamente en el vidrio del kiosco. Además, al inicio del jueves, se observó que la sangre de la víctima seguía presente en la vereda, lo que indica que el incidente ocurrió recientemente.