13 de diciembre 2024 - 10:23hs

Ayer por la tarde, luego de revisar las grabaciones de cámaras públicas y privadas y llevar a cabo una vigilancia encubierta, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad localizó en la calle Agüero al 700 el Fiat Cronos rojo que supuestamente fue utilizado por el asesino de Fabián Sturn Jardón. Este fue víctima de un ataque sicario frente a un kiosco en la calle Paraguay al 2900 en Recoleta.

El Fiat Cronos utilizado en la fuga, descubierto a casi ocho cuadras del lugar del crimen y que portaba una matrícula robada, fue abierto en las últimas horas por orden judicial, bajo la supervisión del fiscal Marcelo Roma. En su interior, las autoridades encontraron una pistola Glock de 9 milímetros con silenciador y un par de guantes, los cuales serán sometidos a análisis en un laboratorio policial en las próximas horas.

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Se llevará a cabo una pericia balística esencial para verificar si el arma encontrada es la misma que se utilizó en el crimen. Sin embargo, el hecho de que se utilizara un silenciador complica la obtención de conclusiones definitivas: los expertos policiales indican que el paso del proyectil a través del silenciador deforma el plomo recuperado del cuerpo, lo que dificulta la posibilidad de establecer una coincidencia forense con el arma que lo disparó. Fabián Sturn Jardón fue alcanzado por tres disparos en la espalda.

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Simultáneamente, la pareja que aparece en el video junto a Jardón compareció ante el fiscal Roma. Según información proporcionada por fuentes del caso, confirmaron su relación con el hombre asesinado y afirmaron que lo llevaron al lugar, ya que él residía cerca del kiosco. Esto ocurrió a pesar de que pesaba sobre él un pedido de captura relacionado con una causa de narcotráfico que está siendo investigada por la fiscal Marcela Semería en la Justicia de San Isidro.

El testimonio de una empleada del kiosco

Una empleada del kiosco en el que fue asesinado Fabián Sturm Jardon afirmó que la víctima, quien tenía un pedido de captura por un asesinato relacionado con el narcotráfico ocurrido en octubre de este año en Pilar, solía visitar el local "casi todos los días".

“El señor venía seguido al kiosco, casi todos los días. Me enteré de esto cuando llegué a trabajar”, relató una de las empleadas del establecimiento. Jardon fue asesinado de tres disparos en ese mismo lugar, presumiblemente en un ajuste de cuentas relacionado con la compraventa de autos y la comunidad gitana.

El hombre de nacionalidad uruguaya residía en Recoleta. Su esposa indicó que se mudó debido a su “miedo” de que lo “mataran”.

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La intrigante circunstancia que conmocionó a los habitantes de la Ciudad es que fue solo después del mediodía del jueves que su pareja acudió a la fiscalía y lo identificó. En esa instancia, proporcionó información crucial que permitió iniciar la investigación del homicidio.

La demora en la identificación de Jardon reveló un trasfondo relacionado con una causa que tenía un pedido de captura en su contra. Desde octubre de este año, la Policía bonaerense lo buscaba intensamente por un homicidio vinculado al narcotráfico en Pilar, por el cual su padre se encuentra actualmente detenido.

En lo que respecta al homicida, hasta ahora no fue capturado. Se están llevando a cabo pericias en las cámaras de seguridad con el fin de determinar hacia qué área huyó después de asesinar a Jardon y de robarle su riñonera.

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