El periodista Jorge Lanata, de 64 años, volvió a ser internado en el Hospital Italiano luego de permanecer 11 días en la Clínica Santa Catalina, un centro especializado en rehabilitación neurológica. La nueva hospitalización fue necesaria debido a complicaciones en su cuadro de salud, y la información fue confirmada por allegados al periodista. Se trata de la tercera vez que Lanata ingresa al mismo nosocomio desde que su estado se agravó en junio de este año, cuando comenzó a presentar problemas respiratorios.
El primer ingreso de Lanata al Hospital Italiano ocurrió el 14 de junio, cuando acudió para realizarse chequeos de rutina. Durante una tomografía pulmonar, el periodista se descompensó y sufrió un leve infarto. Esto lo llevó a pasar varios días en terapia intensiva. Su delicado estado de salud se agravó en las semanas siguientes debido a complicaciones respiratorias que desembocaron en un cuadro de neumonía.
Tras permanecer internado casi tres meses, el 11 de septiembre Lanata fue trasladado a la Clínica Santa Catalina por recomendación de su equipo médico. El periodista había desarrollado una traqueotomía, presentaba ventilación mecánica y sufría encefalopatía con episodios de delirio y desorientación. Los profesionales del Hospital Italiano determinaron que lo mejor para su evolución era iniciar un proceso de neurorrehabilitación.
A pesar de este traslado, la situación no mejoró del todo. Apenas una semana después, el 18 de septiembre, Lanata debió regresar al Hospital Italiano debido a una infección respiratoria y fiebre, lo que nuevamente lo llevó a ser ingresado en terapia intensiva. “Se encuentra estable, sin fiebre y compensado hemodinámicamente”, indicaba el parte médico difundido el 24 de septiembre, fecha en la que volvió a la Clínica Santa Catalina.
Nuevas complicaciones y reingreso al Hospital Italiano
Sin embargo, el 30 de septiembre, Lanata volvió a ser trasladado al Hospital Italiano debido a un cuadro de fiebre y complicaciones urinarias, que aún no han sido confirmadas como una infección, según informaron fuentes cercanas al periodista. Su estado es delicado, pero se encuentra en observación y bajo tratamiento en dicho nosocomio.
El último parte médico, emitido el jueves pasado, había sido más alentador. Informaba que Lanata mostraba una “buena tolerancia a la desconexión” de la ventilación mecánica, aunque aún padecía episodios de desorientación y confusión. A pesar de que había comenzado un tratamiento por infección respiratoria, el parte indicaba que estaba evolucionando bien, sin fiebre y con buena respuesta al tratamiento.
La situación actual mantiene en alerta a su entorno familiar y médico, que sigue de cerca su evolución. Su esposa, la abogada Elba Marcovecchio, ha estado compartiendo actualizaciones sobre la salud de su marido a través de redes sociales. “Gracias por seguir orando”, escribió en un mensaje publicado en su cuenta de Instagram, en referencia al apoyo que han recibido durante estos meses.
Las medidas de privacidad y el entorno familiar
Desde su primera internación en junio, Lanata ha estado rodeado de un equipo médico altamente especializado que ha cuidado cada detalle de su tratamiento. Tanto el Hospital Italiano como la Clínica Santa Catalina han implementado estrictos protocolos de privacidad para preservar la tranquilidad del periodista y evitar que su exposición mediática interfiera en su recuperación. Estos protocolos incluyen la prohibición de dispositivos electrónicos y cámaras en las áreas donde el periodista es movilizado, y el acceso restringido a su habitación.
A lo largo de su internación, Marcovecchio ha mostrado gratitud hacia los profesionales que lo asisten. En uno de sus comunicados, expresó: “Agradezco profundamente a los médicos y a todos los que están involucrados en el cuidado de Jorge. Nos han acompañado en cada paso y continuamos confiando en su trabajo”.
Sin embargo, la situación personal del periodista no ha estado exenta de tensiones familiares. Días después de su último traslado, las hijas de Lanata, Bárbara y Lola, hicieron públicas sus diferencias con Marcovecchio, generando controversias que incluso derivaron en acusaciones y denuncias legales. Las hijas del periodista la denunciaron por presunto hurto y por haber incrementado gastos durante la internación de su padre, además de haber afectado su salud. Marcovecchio, por su parte, negó todas las acusaciones y afirmó que actuó siempre conforme a los deseos de Lanata. Las tensiones alcanzaron tal magnitud que se solicitó un "bozal legal", el cual finalmente fue desestimado por el Juzgado Civil N°8 de la Ciudad de Buenos Aires.