La Corte Suprema de Justicia rechazó el último recurso presentado por la defensa de Nahir Galarza, confirmando su condena a prisión perpetua por el homicidio de su novio, Fernando Pastorizzo. Galarza, quien tenía 19 años al momento del crimen ocurrido el 29 de diciembre de 2017, deberá cumplir 35 años de cárcel y podrá solicitar su libertad recién a los 54.
La sentencia firme fue emitida tras el rechazo al recurso de reposición por parte de los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, quienes fundamentaron que “sus decisiones no son, en principio, susceptibles de recurso alguno” salvo situaciones excepcionales, que no aplicaron en este caso. Con esto, la defensa solo podría apelar ante tribunales internacionales.
Durante el juicio, se acreditó que Galarza disparó a quemarropa contra Pastorizzo mientras ambos viajaban en una moto. El primer balazo, efectuado por la espalda, hizo que la víctima cayera al suelo. En esa posición, Galarza lo remató con un disparo en el pecho. Según los investigadores, las heridas provocaron una lesión broncopulmonar que resultó fatal.
El Tribunal de Gualeguaychú condenó a Nahir en 2018 por homicidio calificado, desestimando la hipótesis de homicidio culposo y descartando la existencia de violencia de género que pudiera justificar una atenuación de la pena. Asimismo, aplicaron el agravante de “relación de pareja”, convirtiéndola en la mujer más joven en recibir una condena de este tipo en Argentina.
La estrategia de Galarza siempre buscó desvincularla del homicidio, incluso a costa de involucrar a terceros, incluido su padre, quien era policía al momento del crimen. Según consta en el expediente, Nahir usó la pistola 9 mm de su padre, la tomó de la heladera, y tras cometer el asesinato, devolvió el arma al mismo lugar.
Tras el crimen, envió mensajes al teléfono de Fernando para desviar sospechas, escribiendo: “¿La podés cortar?” y “Ya te dije que no me vi con nadie”, a pesar de que la víctima ya había fallecido. Según los jueces, estas acciones evidenciaron su intento de ocultar su responsabilidad.
El testigo Joaquín Osorio relató que vio a Nahir sonreír mientras regresaba a su casa tras el crimen, llevando un buzo con el que habría ocultado el arma. Más tarde, intentó desviar la atención hacia su padre y un amigo de Fernando, pero los tribunales no dieron crédito a sus versiones.
En 2019, la Cámara de Casación de Concordia confirmó la condena, decisión ratificada en 2020 por el Superior Tribunal de Entre Ríos. Ahora, con el fallo de la Corte Suprema, Nahir Galarza deberá cumplir la totalidad de su pena, sin más recursos legales en el país.
