Contexto
¿Qué se celebró en la misa realizada en la Basílica de San José de Flores?
El lunes, en la Basílica de San José de Flores, el arzobispo Jorge García Cuerva ofició una misa en homenaje al papa Francisco, quien falleció a los 88 años tras 12 años de papado. Esta iglesia tiene un valor simbólico especial, ya que fue el lugar en el que Jorge Mario Bergoglio, conocido luego como papa Francisco, tuvo la revelación que lo motivó a convertirse en sacerdote. Además, es la misma iglesia donde Bergoglio celebraba misa durante la Semana Santa cuando aún era joven. La ceremonia reunió a feligreses de la comunidad y figuras destacadas de la política y la sociedad argentina.
El arzobispo García Cuerva recordó el impacto profundo que Francisco tuvo en la Iglesia Católica y en la humanidad. Durante su homilía, mencionó que el papa nunca se limitó a "tapar los problemas", sino que los puso sobre la mesa para fomentar el debate y la reflexión en todo el mundo. Entre los temas más destacados por Francisco se encuentran el calentamiento global, la exclusión social y la violencia, además de su incansable trabajo para reformar la Iglesia. Estas intervenciones, destacó García Cuerva, fueron fundamentales para hacer frente a los grandes desafíos de la humanidad.
¿Qué mensajes se compartieron durante la misa?
En su homilía, García Cuerva enfatizó varios aspectos del papado de Francisco que marcaron su legado. Destacó que el papa argentino se dedicó a visibilizar temas como la ecología, la lucha contra el calentamiento global y la exclusión de los más vulnerables. “La gran tentación de la humanidad es tapar los problemas, maquillarlos”, señaló el arzobispo, explicando que Francisco nunca intentó ocultar las crisis globales, sino que las puso en evidencia para generar conciencia y acción. Sobre el calentamiento global, el arzobispo recordó las palabras del papa: “La tierra es la casa de todos, es la casa común”.
Además, García Cuerva destacó la preocupación constante de Francisco por la paz, una de las principales preocupaciones del papa hasta sus últimos días. En este sentido, el arzobispo mencionó que Francisco siempre puso sobre la mesa temas como la guerra y el negocio de las armas. En particular, recordó cómo el papa insistió en la necesidad de dejar de invertir en armamentos y, en cambio, canalizar esos recursos hacia los sectores más marginados del mundo. También se refirió a los llamados diarios que Francisco hacía para promover la paz en lugares como la Franja de Gaza.
Uno de los legados más importantes del papa fue su invitación a los jóvenes a soñar y a no conformarse con metas pequeñas, sino a luchar por transformar la realidad social y económica. “Nos invitó a soñar en grande, a no quedarnos en lo rastrero, sino a creer que podemos transformar la sociedad”, recordó García Cuerva, resaltando la importancia que Francisco le otorgaba a la juventud.
¿Cómo se relacionó la misa con el contexto social y político de Argentina?
La misa no solo fue un homenaje religioso, sino también una reflexión sobre el momento que vive la sociedad argentina. En este sentido, García Cuerva hizo un llamado a la unidad, destacando que la “revolución de la ternura” que Francisco predicaba es un legado que debe ser vivido por todos los argentinos. El arzobispo invitó a la sociedad a dejar atrás las divisiones y a trabajar juntos por un país más justo y solidario.
La presencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, el diputado Leandro Santoro y el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel subrayó la importancia de la ceremonia, que trascendió lo puramente religioso y se convirtió en un espacio de reflexión sobre los desafíos sociales y políticos que enfrenta el país. García Cuerva destacó que el legado de Francisco es más importante que nunca, especialmente en momentos de polarización y conflicto.
En un mensaje claro a los argentinos, el arzobispo recordó las enseñanzas del papa sobre la unidad. “Nos decía que, más allá de nuestras diferencias, debemos vernos como hermanos. Que el mejor homenaje que podemos hacerle es vivir su mensaje de unidad y amor fraterno”, señaló.
¿Qué otros momentos de la misa fueron destacados?
Además de las reflexiones sobre los problemas sociales, García Cuerva también recordó algunos de los aspectos más humanos y cercanos de la figura de Francisco. En un momento particularmente emotivo, el arzobispo mencionó la “revolución de la ternura” que el papa promovió durante su pontificado, un concepto que hacía referencia al amor, la cercanía y la empatía por el prójimo. La "revolución de la ternura" fue un llamado a construir una sociedad más humana y menos violenta, donde prevalezcan los valores de solidaridad y compasión.
Asimismo, García Cuerva pidió a los feligreses que se tomaran de las manos al rezar el Padrenuestro, un gesto simbólico que reflejó el mensaje de unidad del papa Francisco: "No importa lo que pienses, a quién votes o de qué lado estés. Hoy, al despedir al padre, nos damos la mano". Esta invitación a la reconciliación fue un reflejo de la voluntad de Francisco de superar las divisiones internas, tanto en la Iglesia como en la sociedad en general.
¿Cómo se organizó el duelo nacional?
El fallecimiento de Francisco fue un evento de gran impacto para Argentina y el mundo. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decretó siete días de duelo por la muerte del papa, y las banderas de la Plaza de Mayo y la Casa Rosada ondearon a media asta como símbolo de luto. Además, el presidente Javier Milei suspendió su agenda para viajar a Roma y asistir al funeral del papa, lo que resalta la magnitud de la pérdida.
La primera misa por Francisco se realizó en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde también estuvieron presentes diversas autoridades, como el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. El presidente Milei no asistió a esa ceremonia, pero se esperaba que participara del velatorio público que comenzaría en Roma. En este contexto, la ceremonia de la Basílica de San José de Flores se sumó al tributo que la comunidad argentina le rindió a Francisco, un papa que marcó un antes y un después en la Iglesia Católica y en la sociedad mundial.
Cómo sigue
El legado de Francisco sigue siendo un tema de reflexión para la Iglesia y la sociedad. La unidad y el compromiso social que el papa promovió son ahora una responsabilidad compartida. En el futuro cercano, la Iglesia y los ciudadanos deberán enfrentar el desafío de continuar con la obra iniciada por Francisco, especialmente en temas como la paz, la ecología, la inclusión y la justicia social.
