El próximo 6 de octubre, en una locación secreta de Buenos Aires, se llevará a cabo el festival We Will Dance Again, un evento que busca conmemorar el trágico ataque perpetrado por la organización Hamas el 7 de octubre de 2023, contra el festival musical NOVA en Israel. Aquel ataque, que ocurrió a las 6:29 de la mañana, dejó al menos 260 víctimas mortales y varias decenas de heridos y secuestrados por los terroristas. Este nuevo festival, organizado por jóvenes que sienten una conexión cercana con los hechos, pretende ser un acto de resistencia frente al terror.
Con una duración planeada para que coincida con el aniversario exacto del ataque, el festival comenzará a las 18:30 del 6 de octubre y se extenderá hasta las 00:29 del 7 de octubre, justo cuando se cumple un año de la tragedia. "La propuesta es muy simple y muy potente: bailar lo más fuerte posible por todos aquellos que ya no están, por los que no están, por los que aún no están", le cuenta Alan Kronik, uno de los organizadores del evento, a El Observador. Según él, este festival es una manera de transformar el miedo y la violencia en energía positiva y esperanza.
We Will Dance Again nació de la inquietud de un grupo de jóvenes de entre 25 y 35 años, que, al aproximarse el aniversario del ataque, sintieron la necesidad de hacer algo. “Fue un proyecto que nació muy de abajo hacia arriba”, explica Kronik. La organización no responde a una institución formal; se trata de un grupo diverso que se unió con el objetivo común de rendir homenaje a las víctimas del festival NOVA y, al mismo tiempo, enviar un mensaje de resiliencia.
“Muchos de nosotros conocemos gente que falleció, gente que fue afectada directamente”, comenta Kronik, quien vivió varios años en Israel y regresó a Argentina en 2023. La cercanía emocional con los hechos llevó a este grupo a crear un evento que, a través de la música y la danza, muestre que es posible resistir al terror sin perder la esencia de lo que nos hace humanos. "El terror busca paralizarnos y no dejarnos vivir, y creo que el acto más fuerte de resiliencia que puede tener el ser humano es duplicar los esfuerzos frente a ese intento de callarnos", afirmó.
Un festival en una locación secreta
El festival tendrá lugar en un espacio importante de Buenos Aires, aunque su ubicación exacta se mantendrá en secreto hasta el último momento. “Las personas que compren la entrada van a saberlo, pero por temas logísticos queremos que se mantenga entre los asistentes”, explicó Kronik. Esta medida busca proteger la intimidad del evento y garantizar la seguridad de quienes asistan.
El acto simbólico de realizar el festival a la misma hora que se cumple un año del ataque busca resignificar la tragedia. Para Kronik y los organizadores, este evento representa un espacio de resistencia, pero también de memoria colectiva, donde se intenta que el dolor se transforme en una fuente de energía positiva.
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Si bien el festival tiene su origen en el ataque al festival NOVA, Kronik destacó que el evento también tiene relevancia en el contexto actual de violencia en la región. En los últimos días, los combates entre Israel y Hezbollah en la frontera norte, sumados a los ataques con misiles lanzados por Irán, mantienen a la región en una situación de alta tensión. Kronik, al igual que otros organizadores, tiene amigos y conocidos que siguen viviendo en Israel, lo que añade una dimensión emocional adicional al festival.
"A pesar de todo lo que está ocurriendo, lo primero que pedimos es paz", comentó Kronik. “Este es un festival donde el primer mensaje es de paz y de unión”. Además, destacó la necesidad de que los secuestrados regresen a sus hogares y que se ponga fin a la violencia que ha afectado a tantos inocentes. Para los organizadores, We Will Dance Again es un espacio donde se puede expresar la humanidad y la solidaridad, sin distinción de origen o creencias.
“Así como en su momento atentaron en un festival de Ariana Grande y de Taylor Swift, el ataque al festival NOVA fue contra la música, contra lo que nos hace humanos”, concluyó Kronik. Este festival, entonces, se presenta no solo como un acto de memoria, sino como una celebración de la vida y la resistencia ante la adversidad.
La tragedia del festival NOVA no fue un evento aislado en la historia reciente. Kronik señaló que ataques similares han ocurrido en otras partes del mundo, mencionando los atentados en conciertos de Ariana Grande en Mánchester y de Taylor Swift, donde el objetivo también fue el público asistente a eventos musicales, sin distinción de credo o nacionalidad. “Atentaron contra la música y contra la industria”, destacó Kronik, subrayando la importancia de no ceder al miedo y de continuar con la vida cotidiana a pesar del terror.